Minería ilegal-militar

Lo que en Bolivia se conoce como “cooperativas mineras”, en Perú y Colombia se llama “minería ilegal”, porque son empresas que no pagan impuestos ni protegen el medio ambiente.

Ambos países han elaborado estrategias para acabar con esa actividad, movilizando para ello a sus ejércitos en campañas coordinadas en los territorios próximos a sus fronteras comunes.

En Bolivia, en cambio, oficiales del ejército participan en explotaciones mineras ilegales en el río Solacama, que atraviesa las poblaciones yungueñas de Chulumani e Irupana.

La denuncia fue hecha a radio Fides por Luis Cuentas Loza, de la comunidad Chimas Central Tacana de esa región de los Yungas de La Paz.

Lo que lleva a preguntar hasta dónde llega este entendimiento entre el gobierno y las Fuerzas Armadas, un entendimiento que, a juzgar por sus frutos, es idílico.

¿Qué rol juegan las FFAA en el control de las fronteras, de las muy porosas fronteras nacionales por donde pasa todo lo que se podría imaginar, desde ropa usada, autos usados, autos robados, coca, droga, tráfico de personas, enteras o por partes, armas con o sin sellos militares, etcétera?

Si es así, no tendría que extrañar que sea verdad esta denuncia, acerca de militares bolivianos que han formado una empresa para explotar oro al estilo de las cooperativas, es decir sin pagar impuestos ni proteger el medio ambiente.

El método de conseguir la lealtad de los militares con un gobierno dictatorial fue inventado en nuestra región por Alfredo Stroessner, en Paraguay, entregando el control de las aduanas a importantes generales, que se rotaban en el cargo y se enriquecían con fruición. El dictador estuvo 35 años en el poder usando esa artimaña.

El tema es muy picante. Invita a preguntar acerca de las prebendas que tienen los oficiales de las FFAA en el “control” de actividades que el Estado boliviano considera ilegales pero que terminan en manos de “organizaciones sociales”.

Quizá las FFAA no se han convertido todavía en una “organización social” más, parte del Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP), pero quizá es una alerta sobre la inminencia de esa situación.

Un nuevo segmento de la sociedad que aporta a la “demanda agregada” que produce el milagro económico del actual gobierno. ¿Con cuál de esas organizaciones querrá quedarse como ciudadano?

Vacaflor.obolog.com