Paz y amor para el nuevo año

El inicio del nuevo año es un acontecimiento que celebramos con felicidad, orgullo y amor. Pero han pasado más de dos mil años y todavía los humanos no nos comprendemos y siguen habiendo guerras y luchas fratricidas entre países hermanos, las mismas que nos traen sangre, sudor y lágrimas y otras consecuencias nefastas. Al respecto recordemos que Bolivia ha sido víctima de la usurpación de sus costas marítimas, hecho reprochable que nunca me cansaré de mencionar, porque es el motivo de nuestro subdesarrollo, ya que nuestro país nació a la vida independiente con extenso territorio marítimo.

Que nuestro reclamo interpuesto ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya resuelva este más que centenario problema que los bolivianos nunca olvidaremos.

Al margen de este tema, con oportunidad de la celebraciones de Navidad y Año Nuevo me referiré al nacimiento del Redentor, hecho sucedido hace más de 2 mil años, enmarcado en la más profunda humildad y modestia, a pesar de ser el Rey de reyes.

Que este nuevo año nos traiga paz y amor entre bolivianos y dejemos odios y rencores que nos hacen mucho mal. Que haya más comprensión y amor, pensando sólo en Bolivia y hagamos realidad el sueño de Bolívar, Sucre y todos los que lucharon por legarnos una Patria grande y hermosa, como la soñó el Libertador.

También es oportuno mencionar el ideario sublime y sincero de la Madre Teresa de Calcuta, una de las religiosas más célebres que ha tenido la humanidad. Sigamos su ejemplo de humildad y religiosidad.

La Madre Teresa se preguntaba y se respondía:

¿El día más bello? Hoy

¿El obstáculo más grande? El miedo

¿La raíz de todos los males? El egoísmo

¿La peor derrota? El desaliento

¿La primera necesidad? Comunicarse

¿El misterio más grande? La muerte

¿La persona más peligrosa? La mentirosa

¿El regalo más bello? El perdón

¿La ruta más rápida? El camino correcto

¿El resguardo más eficaz? La sonrisa

¿La mayor satisfacción? El deber cumplido

¿Las personas más necesitadas? Los padres

¿La cosa más fácil? Equivocarse

¿El error mayor? Abandonarse

¿La distracción más bella? El trabajo

¿Los mejores profesores? Los niños

¿Lo que más hace feliz? Ser útil a los demás

¿El peor defecto? El malhumor

¿El sentimiento más ruin? El rencor

¿Lo más imprescindible? El hogar

¿La sensación más grata? La paz interior

¿El mejor remedio? El optimismo

¿La fuerza más potente del mundo? La fe

¿La cosa más bellas de todo? El Amor.

Que estas reflexiones sirvan de mucho a nuestros lectores, a quienes les deseo la mayor felicidad en el nuevo año que comienza, esperando que nos traiga mucho amor y paz.