El país necesita trabajar más

La cantidad de feriados fomenta la ociosidad. La empresa privada, motor del desarrollo nacional, no está de acuerdo con la paralización del país. Sería oportuno suprimir fechas rojas del calendario. A anteriores gobiernos no les interesó esta medida que puede ser beneficiosa para el país, ya que debe haber casi una veintena de feriados al año. Por supuesto que las grandes recordaciones de nuestra Independencia Nacional y Viernes Santo, se las tiene que honrar y respetar. Pero muchos tediosos días de “descanso obligado” entorpecen, son perjudiciales para el normal desarrollo de actividades industriales, comerciales y el Estado también pierde mucha plata.

Los feriados son negativos y postergan el crecimiento. Según datos oficiales, Bolivia es el tercer país en América con más días festivos, aunque por ser un país no desarrollado debería estar en permanente trabajo con ritmo sostenido, ya que hace falta empleo formal, existe alto nivel de desempleo y debe preocuparnos la baja constante del precio del petróleo. Por ello ha causado satisfacción la anulación del feriado por el Dakar. Sin embargo festejamos el día del Estado Plurinacional, carnavales, día del trabajo, Año Nuevo Aymara o Willkakuti, fiestas patrias, efemérides cívicas departamentales, Todos Santos, Navidad, Año Nuevo. Fuera de estas fechas están los días de la madre, del padre, la secretaria y otros aniversarios con las consabidas tolerancias por horario continuo.

En cuanto al trabajo, algunas fechas de veneración religiosa podrían circunscribirse a entidades especialmente católicas, sin cese de labores ni particulares. Esta sería la mejor manera de valorar la profunda religiosidad del pueblo. No debemos darnos el lujo de feriados a diestra y siniestra. Las autoridades deben incentivar el trabajo acelerado, preocuparse por combatir la holgazanería, porque compromete el porvenir mismo del Estado.

En el proceso de cambio que se trata de imponer, mirar atrás es negativo. En 180 años de vida republicana y 9 del actual Gobierno, no hemos salido del subdesarrollo y pobreza debido a políticas cuestionadas como el doble aguinaldo que encareció el costo de vida y para contrarrestar se está exigiendo un nuevo incremento salarial del 15 por ciento a sabiendas de que no hay incentivos para la inversión privada. Los empresarios no saben qué hacer. Muchos empleadores no cumplieron con el pago del doble aguinaldo, algunas firmas industriales prefieren cerrar sus negocios, echando a sus trabajadores a la calle, otras están con deudas bancarias hasta el cuello; existen empresas estatales subvencionadas deficitarias, como Enatex, cuyos trabajadores piden el pago de sus salarios. Por muchas imposiciones fiscales y la falta de seguridad jurídica, hay pésimo clima para captar capitales. Los inversionistas no muestran interés por llegar a Venezuela, Haití y Bolivia, que es el tercer peor país para hacer negocios.

En esta difícil situación para el país, la verdad es que la inacción de los muchos supera a las actividades de los pocos. Debemos tomar en cuenta la inflación moderada del 5,19 por ciento, la crisis económica, la deuda pública que sigue creciendo. Bolivia es el último en competitividad. Ojalá en 2015 las cosas cambien.