(ANF).- Evangélicos, adventistas, católicos y amautas concentraron ayer sus energías en una ceremonia ecuménica en la que la excandidata Soledad Chapetón dio inicio a su trayecto rumbo a la Alcaldía de El Alto. En medio de esa pluralidad religiosa, espera enviar el mensaje de que gobernará para todos los alteños. Chapetón es la primera alcaldesa electa de la urbe.
Pero ¿quién es La Sole, como la conocen sus seguidores? Le presentamos un perfil de la “Warmi Alcalde”, escrito por el periodista de ANF, Arnold Guachalla.
SOLEDAD CHAPETÓN
Puede que la veamos en un minibús por la avenida 6 de Marzo de la ciudad de El Alto, o entregando algunos panfletos por la feria 16 de Julio, recorriendo quizá las mismas plazas o calles por las que deambuló en 2010 en pos de buscar el voto del vecino alteño.
Han pasado cuatro años, de la última vez que Carmen Soledad Chapetón Tancara emergiera como una candidata que, más allá del partido al que pertenece, va en pos de romper una constante en la política de El Alto: llegar a la silla edil que sólo fue ocupada por hombres hasta la fecha.
Nacida el 25 de octubre de 1980 en la ciudad de El Alto, “La Sole” comenta que siempre fue hogareña y querendona de su familia. Su historia no es diferente a la de muchos. La búsqueda de mejores días impulsó a sus abuelos y padres que migraron a un “Chuquiago Marka”, que no les fue indiferente.
Don Luis Chapetón asumió el uniforme verde olivo, y su madre, Dalila Tancara se dedicó a la venta de comida. Dos vidas ejemplares que unidas fueron la base emocional y económica de Soledad.
Después de una vida colegial plagada de experiencias y alegrías, Soledad ingresa a la Universidad Mayor de San Andrés. Llamada por la vocación de la enseñanza, se matricula en la carrera de Ciencias de la Educación. “Elegí esa carrera porque quería enseñar a los jóvenes a progresar y construir familias felices y a no seguir el camino de la delincuencia, el alcoholismo y la violencia contra las familias”, manifiesta en uno de sus testimonios que circula por las redes sociales.
Con el tiempo, la necesidad de apoyar a los gastos del hogar la llevó a buscar un empleo, de ese modo llegó a ocupar el cargo de bibliotecaria de la Alcaldía de la ciudad en la que vivía. Pero la frustración estaba a la vuelta de la esquina.
Luego de años de servicio fue retirada por algo llamado “aval político”, pero ese no fue un obstáculo muy grande, pues a pesar de su retiro pudo reunir mucha experiencia en la elaboración de Planes de Desarrollo Municipal (PDM), de modo que ingresó a la Alcaldía como una joven funcionaria pública.
En esas lides, la política era el pan de cada día, y ésta no le fue indiferente a “La Sole”. Llegó el 2008, y los pedidos de la organización de la Asamblea Constituyente llegaban de la demanda a la realidad. La posibilidad de una nueva constitución, uno de los principales pedidos de la Agenda de Octubre de 2003, cristalizaba en la reunión de muchos representantes del país en busca de mejores días para nuestro país. Un evento que marcaria el inicio de la vida política de Soledad Chapetón, pues fue elegida representante por la ciudad de El Alto.
Para el 2010, Chapetón ya había sido parte de muchos eventos que marcaron su carrera política. Tras ciertos desacuerdos con el Movimiento Al Socialismo (MAS), llegó a las filas del partido de Samuel Doria Medina, Unidad Nacional (UN). Ante la cercanía de las elecciones municipales, la decisión de Doria Media fue clara y contundente: Soledad Chapetón, nuestra candidata.
Sabiendo que el apoyo del pueblo alteño hacia el MAS era, sin lugar a dudas, un hecho, Chapetón asumió el riesgo y entró al ruedo eleccionario, bajo lo que muchos políticos del oficialismo llamaban: “La sombra de un neoliberal”, aludiendo a las oscuras intenciones políticas que supuestamente tendría el empresario cementero con la ciudad de El Alto.
Edgar Patana era un duro contrincante, y las encuestas también hicieron su parte, pues parecía que el triunfo del MAS en la Alcaldía alteña se consolidaría, y con un alto margen de votación.
Y si el viejo adagio “nadie puede ser profeta en su tierra”, no fuera sólo eso, un simple adagio, diríamos que la representatividad de Soledad Chapetón sólo fue una quimera.
Los cómputos del 5 de abril (día después de las elecciones) fueron fríos, y los resultados mostraron a una Chapetón que si bien no ganó las municipales, las posibilidades no estuvieron muy lejanas. El 36% de Edgar Patana ante el 32% de Soledad Chapetón así lo demostraba. Por otro lado, este resultado significó para Chapetón, una mayor confianza dentro del partido, pues años después logró la vicepresidencia de su partido.
Para las elecciones generales del 2014, y de la mano de su partido UN, postuló a la primera senaduría por La Paz, pero los resultados no la acompañaron.
Finalmente, en las elecciones municipales, la posibilidad quedó atrás: El Alto quiere a una alcaldesa para los próximos cinco años.
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