Se ha llevado a efecto una asamblea de COTEL con una esmirriada presencia de socios, donde la mayoría era de empleados de la cooperativa. La asamblea no duró ni una hora y con total autoritarismo se dio “informes” que nadie entendió por la resonancia de los equipos de amplificación. Ni 500 personas estuvieron presentes, con una mayoría de empleados de Cotel, y se pidió alzar la mano a quienes estaban de acuerdo con los “informes”, sin dar el uso de la palabra a los escasos socios. Y antes de que los propios empleados terminaran de levantar la mano, inmediatamente se manifestaba ¡Aprobado!
Los socios recién tuvimos conocimiento, el día de la asamblea, que se había contratado a una empresa para determinar el ingreso de personas y sólo empleados de Cotel fiscalizaban a aquélla que, paradójicamente, también distribuía trípticos de publicidad del Consejo de Administración, mientras decenas de policías uniformados y en motocicletas se movilizaban armados con lanza gases. Parecía que eran más que los asistentes a esa irregular asamblea. Por otra parte, hubo amplia distribución de panfletos con sindicaciones contra un consejero de Administración y el Presidente del Consejo de Vigilancia, que fueron suspendidos inexplicablemente.
Así concluyó aquella asamblea, con hechos que no pueden ser admitidos y cuyas conclusiones merecen ser rechazadas.
Lo acontecido el pasado 23 de mayo en el estadio Hernando Siles constituye un serio agravio, un atropello desmedido a los socios, que somos los únicos propietarios que podemos disponer de nuestra cooperativa en todo aspecto. Debe quedar claramente establecido que los actuales ejecutivos, sus funcionarios y trabajadores, son sólo empleados circunstanciales de nuestra cooperativa.
Es necesario poner atajo a las arbitrariedades, al manoseo y a gastos dispendiosos, ante la tremenda crisis económica en que se debate la institución, agravándose la misma debido al incremento de personal, de asesores, por dietas elevadas, contratos indebidos de guardias de seguridad personal, juicios por desaciertos administrativos, ausencia de proyectos, viajes inmotivados, oscurantismo y falta de criterios de gestión empresarial.
No se tiene ahorro interno. Cotel está deficitaria. Las actuales condiciones económicas y financieras son penosas y se está subsistiendo con flujo de caja, con alto grado de riesgo de quiebra técnica, sumándose a ello las desinteligencias entre consejeros. La entidad está contaminada por constantes conflictos internos y externos, desprestigiada y es la más rezagada de todo el sistema cooperativo de telecomunicaciones del país.
Lo mínimo que debería hacer cualquier dirección ejecutiva de una empresa que se encuentra en crisis es encarar una firme acción reestructuradora y sistematizar la administración. En muchas reparticiones de Cotel hay una irracional duplicación de funciones que encarece sus actividades y se presta a formas que facilitan incluso los tropiezos administrativos en las esferas ejecutivas.
Por otro lado, es necesario entender que el ejercicio de autoridades en entidades de servicio público, como es el caso de la telefónica, demanda enmarcar estrictamente responsabilidades según normas internas, como son sus estatutos, reglamentos y proceder con ética dando ejemplo, en dimensión y profundidad, que tendría que ser imitado por quienes son parte de la empresa, es decir autoridades y empleados. Nunca se debería admitir transacciones comerciales y determinaciones que pudieran comprometer los intereses económicos y patrimoniales de la institución.
Considero que es fundamental que los actuales administradores de Cotel no naufraguen en la arbitrariedad. Se debe entender que el camino moral es el más firme, los principios éticos y de conducta honrada, deben constituirse en disciplina empresarial.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |