Día internacional de trabajadoras sexuales
En conmemoración al Día Internacional de la Trabajadora Sexual se realizó ayer una movilización en el que las trabajadoras sexuales de La Paz demandaron una sociedad con respecto y sin discriminación a la labor que cumplen. De acuerdo con estadísticas en Bolivia existen unas 30 mil trabajadoras sexuales categorizadas.
La Organización Nacional de Activistas por la Emancipación de la Mujer (Onaem) tuvo como objetivo reclamar el reconocimiento por ley del trabajo sexual y el goce por extensión de derechos sociales de los que hoy no disfrutan.
“No queremos que nos regalen nada, sólo acceder a una tarjeta de crédito, a una vivienda propia, a jubilación, a derechos sociales y salud integral, que la sociedad nos trate con respeto”, dijo Elena Eva Reynaga, secretaria ejecutiva de la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex).
VULNERACIÓN DE DERECHOS
La representante nacional de Onaem, Verónica Pérez, sostuvo que a pesar de ejercer su trabajo de manera voluntaria, las mujeres denunciaron ser víctimas de explotación pese a que se ha socializado el trabajo que realizan las mujeres trabajadoras sexuales. “Los policías nos extorsionan y nos piden coimas o nos obligan a tener sexo gratis con ellos”, afirmó.
En Bolivia la situación de las trabajadoras sexuales, según un estudio que realizó Ximena Machicao y Gabriela Donaire (2013), en Cochabamba y Sucre el trabajo sexual tiene costos establecidos. Además en Potosí y Oruro el trabajo sexual el costo varian según posibilidades de pago del cliente.
“Los ingresos son entre 3.000 a 5.000 bolivianos. Otras de 5.000 a 7.000. Muy pocas 7.000 a 9.000. Y poquísimas 9.000 para arriba. De eso erogan algunos gastos (salud, líos con la policía, entre otros)”, apunta la investigación.
Según Pérez, muchas de ellas fueron trabajadoras del hogar, vendedoras, lavanderas, comerciantes, comideras, meseras, entre otros servicios. No ganan lo mismo que ganan ahora, debido a la competencia y las formas de tener a su clientela.
En Bolivia, el trabajo sexual no está penalizado pero tampoco legalizado, lo que genera clandestinidad y desprotección. No obstante, las trabajadoras sexuales denuncian que la aplicación de algunas normativas justifica en algunos casos la violación de sus derechos humanos.
En Bolivia, habría unas 30.000 mil trabajadoras sexuales pero sólo 2.000 están afiliadas a Onaem. Desde diciembre de 2014, elaboran una ley que parte de dos principios fundamentales: la autorregulación como base para ejercer el trabajo sexual y al mismo tiempo la denuncia del proxenetismo. En este momento la ley se encuentra en construcción participativa en los procesos de consulta y elaboración.
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