Caracas.- El expresidente del Gobierno de España Felipe González cumplió ayer con su agitada agenda en la visita que lleva a cabo a Venezuela para brindar apoyo a los políticos presos, aunque sin ejercer la abogacía, una jornada que realizó mientras recibía una lluvia de críticas por parte del chavismo.
González, que llegó el domingo a Caracas, sostuvo reuniones con dirigentes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) donde manifestó su intención de acatar la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) que recordó que el exgobernante no podrá ejercer la abogacía en el país caribeño, informó Efe.
“Acepto la jurisdicción venezolana, es con base en ella que hice la propuesta de participar como asistencia técnica. Creo que es un derecho de la defensa, pero respeto y acato la decisión del Tribunal”, dijo González en referencia al fallo del Supremo emitido el domingo.