José Luis Bautista Vallejos
Por disposición del Ministerio de Educación de Bolivia a partir de este año cada 9 de junio se desarrollará la jornada de Movilización Plurinacional para la erradicación de todo tipo de violencia. La violencia generalmente la ejercen ciertas personas o grupos de poder contra otras personas o sectores de la población con desventaja en relación con los primeros. Eso significa que la violencia surge en un contexto determinado y que se condiciona por determinados factores que, aunque pueden ser visibles por todos, han sido ignorados por las autoridades de turno.
La violencia aparece, entonces, en condiciones de desequilibrio de fuerzas entre dos personas, a niveles económico, social, genérico y generacional, y también por una combinación de los anteriores. La idea de los violentos es aprovechar cierta superioridad o ventaja, construida por lo general de manera cultural, para intimidar, coaccionar y dominar la voluntad de la(s) víctima(s), gracias a que ésta(s) tiene(n) la firme creencia de que tal supremacía es real. De hecho, los violentos son, por regla general, pusilánimes para medir sus fuerzas con personas de niveles similares a los suyos, es decir, buscan personas débiles para compensar su baja autoestima y su exacerbada mediocridad.
La reflexión previa sirve para recalcar que el problema de la violencia es un asunto cultural y, por tanto, la manera de erradicar la misma sólo se puede encarar desde el plano educativo. Aunque nadie cuestionaría la relevancia de campañas y medidas gubernamentales para combatir la violencia en todas sus formas y el gran papel que cumplen los medios de comunicación y, en la actualidad, las redes sociales para colocar esta problemática en primer plano, lo cierto es que son las instituciones educativas las que tienen la gran oportunidad de cambiar la mentalidad de niños y jóvenes para que en el futuro se pueda aguardar un nuevo paradigma cultural que garantice una sociedad menos violenta.
La educación en el hogar es preponderante para definir lineamientos de convivencia pacífica y tolerante entre las personas; sin embargo, la escuela, como primer modelo institucional con el que tienen contacto niños y niñas, debe actualizar cotidianamente los preceptos citados en diferentes instancias: en las relaciones interpersonales, en el currículo, en un trato horizontal y no vertical entre la dirección y los maestros y entre éstos y los estudiantes, sin olvidar a los padres de familia. Esto implica que el discurso “anti-violencia” debe ser aderezado indefectiblemente por hábitos dialógicos y por la práctica del respeto al otro.
Si la escuela no llega a fomentar estas prácticas ha de ser muy difícil anular la violencia desmedida que impera hoy, deplorablemente, con consecuencias terribles que han llegado incluso a la muerte de personas. Tolerancia, diálogo, respeto, equidad… no son palabras nuevas, pues las venimos pronunciando insistentemente en las últimas décadas. Sin embargo, hoy es tiempo de darles un nuevo significado. Es tiempo de salir de la retórica y de ingresar a la política del vivir bien para, como dice La Biblia en Mateo 7:12, tratar a los otros del mismo modo que queremos que nos traten a nosotros.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |