La Fejuve de El Alto, tratando de designar por decisión propia a los subalcaldes de esa ciudad no hace otra cosa que generar la anarquía, desconociendo la autoridad de la alcaldesa Soledad Chapetón, quien obtuvo el apoyo mayoritario en las urnas. ¿Es o no es anarquía sobreponer un capricho a una elección democrática? Es también anárquico que cada distrito o zona se dote -por caminos nada legítimos- de sus propias autoridades, porque entonces sería demás cualquier gobierno y el voto ciudadano no tendría razón de ser.
No hay duda que este sistema dualista cunde en diferentes esferas de actividad o áreas del Estado a causa del carácter contagioso que está adquiriendo en el país acompañado y protegido por afanes demagógicos, lo cual entraña peligros que cobran manifestaciones como las de dicha Fejuve. La muletilla a la que se recurre es la de “usos y costumbres”, los que, cuando existen, se fundan en prácticas ancestrales larvadas en largos períodos de tiempo y por transmisión oral boca a boca a través de sucesivas generaciones, por consiguiente si supuestamente brotan en tiempos cortos se trata solamente de “malas costumbres”, como se denomina ahora a las pretensiones de pequeñas “roscas” de dirigentes.
Además los usos y costumbres tienen lugar en sociedades que carecen de lenguaje escrito, lo que motiva ausencia de legislación positiva. Inclusive en los sectores campesinos se hace dudosa la vigencia de tales usos por servir de instrumento de manipulación a manos de dirigentes resabiados. Tampoco esta denominación -usos y costumbres- es invento originario sino que se debe al Derecho Romano, modalidad que sólo podía y puede adquirir vigencia si la confirma una ley. Las ciudades -componentes del Estado- son expresión de sistemas evolucionados de organización por lo que, como se ha dicho, los llamados usos y costumbres se hacen incompatibles en los centros urbanos.
Palabras como las del presidente de la Fejuve de El Alto, Oscar Ávila, de que la Ley del Gobierno Municipal le valga a la alcaldesa “cuando hayan movilizaciones”, recogidas por los medios de comunicación, ponen en evidencia no sólo el escarnio efectuado a la ley sino un desafío a la institucionalidad. Este personaje no contaba con que el pueblo alteño no respondería, como no respondió, a sus incitaciones al desorden y decretó más bien el fin de la manipulación. Es que la ciudadanía sabe que el objetivo perseguido es obtener cargos para familiares y allegados, cupos, comisiones, gasolina para los vehículos de los que posiblemente se dota a los subalcaldes, sin descartar recursos económicos de los que no se da cuenta ni razón. Todo esto y mucho más tuvo lugar por invención o maña de algunos alcaldes, pero cuando el pueblo se quita la venda de los ojos, la institucionalidad sale ganando.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |