Incas y aymaras contaminaron el lago Titicaca

Es triste la noticia sobre la contaminación del lago Titicaca, el más alto del mundo, calificado de sagrado, ubicado entre Bolivia y Perú. En tiempos no muy lejanos fue el principal proveedor de especies piscícolas exquisitas, como bogas, truchas, ispis, etc. Ahora, las primeras han desaparecido y otras están en vía de extinción, incluso las ranas gigantes. Lo peor es que la contaminación no sólo está acabando con la vida piscícola, sino que puede acabar con la vida humana por contaminación e infección y muerte, como en el caso de las ranas gigantes.

Las causas de la contaminación son varias, como la actividad minera y vertido de aguas servidas de grandes poblaciones, como Viacha, ciudades ubicadas en la orilla del lago, y la falta de cuidado y previsión de las autoridades de Bolivia y Perú. Posiblemente la contaminación y el daño causado sean irreversibles, por las causas y efectos mencionados, sobre todo por falta de previsión de los habitantes de la región, lo que demuestra que los descendientes de los incas y aymaras carecen de conocimiento ecológico y del medio ambiente -como el resto de la humanidad-, no han cuidado el medio ambiente, su hábitat y medio de vida y son culpables de la extinción de flora y fauna.

En efecto, el hombre por ambición, egoísmo y falta de cultura está arruinando el planeta, con la destrucción de la capa de ozono, calentamiento global, contaminación del medio ambiente, desertización de la Tierra, extinción de flora y fauna y otros males que posiblemente sean irreversibles. Los gobiernos políticos tienen gran parte de culpa, por no tomar medidas previsoras o lo hacen cuando todo está arruinado.

Ahora, ¿habrá todavía tiempo para solucionar el problema de la contaminación del lago Titicaca? Siendo realistas parece que no, porque al igual que el problema del calentamiento global, se conoce las causas, pero las potencias como EEUU, China, Japón, Gran Bretaña y otras se niegan a tomar medidas efectivas, es decir para evitar la emanación de gases y humos tóxicos hacia la atmósfera. En el caso del Lago Sagrado, habría que trasladar los pueblos y ciudades de las orillas, ya que arrojan sus aguas servidas al lago, asimismo evitar la actividad minera, pero eso es como pedir peras al olmo, es decir imposible. Por otra parte, los gobiernos políticos son incapaces, demagogos y negligentes.

La salvación del lago Titicaca implica tomar medidas urgentes, heroicas, inversión de recursos económicos cuantiosos, educación, cultura, etc., algo que está fuera del alcance de gobiernos y pueblos, porque ni los preceptos idealistas del ama sua, ama llulla y ama k’ella se los puede cumplir, menos se podrá acabar con la contaminación del lago, que sobrepasa la capacidad económica, cultural -de cambio de mentalidad- de pueblos y gobiernos, cuyos alcances son inconmensurables.

Posiblemente la única solución para este problema y otros mundiales sea lo que dice la Biblia: “Dios destruirá a los que están destruyendo la Tierra” (Apocalipsis 11:18 parte fina1). A Dios no le queda otra alternativa.