80 años sin guerra
En la región del chaco tarijeño, Villa Montes, los presidentes Evo Morales y Horacio Cartes recordarán hoy 80 años del alto al fuego entre Bolivia y Paraguay, cuyas operaciones militares en la arena del Chaco (1932-1935) dejaron unos 90.000 muertos
El objeto del encuentro de ambos mandatarios además de rendir homenaje a los soldados de la Guerra del Chaco es consolidar lazos de integración entre ambos estados mediante la suscripción de convenios que favorezcan a los dos países.
El 12 de junio de 1935 se suscribió el protocolo que dio fin a la Guerra del Chaco; el surgimiento de una alianza boliviano paraguaya para encontrar espacios de convergencia y complementariedad se ha desarrollado en los últimos años.
En el corazón del Chaco, Villa Montes, los gobiernos de Morales y Cartes darán impulso al proceso de integración física vecinal con la premisa de generar beneficios parar dos pueblos sin mar y que luchan por salir de la pobreza.
En Villa Montes el domingo “habrá una reunión para tratar temas bilaterales como integración física y energía”, anunció el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
La guerra consumió ingentes recursos económicos de ambos países, la nueva estrategia subraya la importancia de una estrecha colaboración para llevar la posta de la anhelada integración energética.
Paraguay busca adquirir gas licuado de petróleo y gas natural licuado de Bolivia, además de explorar en forma conjunta áreas hidrocarburíferas en la frontera, según informó el ministro boliviano de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez.
El presidente Evo Morales siempre ha expuesto que la Guerra del Chaco en realidad fue un enfrentamiento entre la petrolera norteamericana Standard Oil que operaba en Bolivia y la anglo-holandesa Royal Dutch Shell que promovía sus intereses por el oro negro desde el lado paraguayo.
Las ambiciones foráneas causaron la muerte de 50.000 bolivianos y de 40.000 paraguayos, jóvenes citadinos y campesinos que llegaron a una región hostil, con temperaturas superiores a los 40 grados bajo sombra y con exiguas fuentes de agua.
Tras quedar enclaustrada en 1879, por una invasión y guerra con Chile, el Chaco también se había convertido en una región estratégica para Bolivia para salir al río Paraguay y por esa vía tener acceso al océano Atlántico.
La Hidrovía Paraná-Paraguay, con una extensión de 3.442 km, es la mayor arteria de comunicación fluvial y de transporte para los países que la comparten Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
La integración ahora es la trinchera del Gobierno de Bolivia, no sólo con Paraguay sino con todos los países de la región.
“Estamos en otros tiempos de cómo buscar integración. Aquí estamos hablando de integración comercial, pero no solo comercial sino una integración integral”, dijo Morales en diciembre de año pasado en una cumbre del Mercosur que se realizó en la ciudad argentina de Paraná.
Ese bloque regional está conformado Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, con Bolivia a un paso de sumarse.
El presidente boliviano llegará a Villa Montes después de participar en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea que se realizó esta semana en Bruselas, Bélgica.
En esa reunión, Morales reivindicó que América Latina y el Caribe se declaró en 2014 como zona de paz.
Además, Bolivia y Paraguay celebrarán 80 años sin guerra en la antesala de la visita del papa Francisco, que en uno de sus discursos ya exhortó a los latinoamericanos a recuperar “el sueño de la Patria Grande” de los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar
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