La República de Chile debería estar agradecida con Bolivia porque gracias a sus recursos naturales se pavonea por su presente y futuro promisorios entre los países desarrollados de la región y del mundo. ¿O estamos equivocados?
Gracias al guano, al salitre y cobre alcanzó un destino mejor, es decir que superó sus estrecheces apremiantes. ¿O esta afirmación falta a la verdad?
Y ahora pretende, inclusive, manipular a la justicia internacional, tratando de evitar que ella se involucre en el debate del tema marítimo, que, como bien sabemos, no permite el acercamiento bilateral, en paz y con amistad. ¡Qué desfachatez!
Chile debería restituir a Bolivia, por gratitud, una salida libre, útil y soberana al Pacífico, mediante una franja territorial, sin esperar compensación alguna, ya que ha prosperado inmensamente con la riqueza usurpada a nuestro país. Esta realidad difícilmente podrá ser negada.
El cobre boliviano, proveniente de la región de Chuquicamata, hizo el milagro de la prosperidad chilena. Hasta antes de la invasión de 1879, que violentó nuestras fronteras, eran notorios los problemas económicos en el país vecino. Por ello se vio ante la necesidad de recurrir a la asistencia política, económica y bélica del imperialismo inglés, con objeto de asaltar territorio boliviano, a fin de apropiarse de su inmensa riqueza, que le ha permitido medrar sin el menor escrúpulo.
El escritor nacional, Gustavo Adolfo Otero, conocido en el quehacer de las letras como Nolo Beaz, ha trazado una crónica, muy significativa, sobre su visita a Santiago, que recoge su libro “El Chile que yo he visto”. Véase la edición 1976, en las páginas 116 y 117, donde relata:
“- ¿Y ese edificio público?
- Ese edificio se construyó después de la Guerra del Pacífico, con las entradas de las salitreras.
- ¡Hermoso paseo! ¿Cuándo fue construido?
- Este paseo fue hecho por el intendente tal con una subvención que dio el Estado debido a una entrada especial de las guaneras del Litoral. Ahí se veía a la plata boliviana, a los 24 mil millones de pesos chilenos que han producido las salitreras a Chile desde la guerra del 79, y se explica de un modo definitivo el porqué de las causas de la invasión chilena a Bolivia. Sin toda esa platita Chile no tendría muchas cosas que ahora tiene”, finaliza.
Esta crónica fue escrita a escasos 41 años de la salvaje invasión chilena a territorio boliviano, direccionada e instrumentada por el poder oligárquico, con la participación de los ingleses. Y las cicatrices provocadas por esa actitud vandálica aún no han sido restañadas debido que Chile se resiste asumir una señal amistosa para ese efecto.
Con el guano, el salitre y el cobre se construyó, indudablemente, el engrandecimiento del vecino. Es que con la explotación de estos recursos se inyectó enormes recursos económicos al Tesoro General de la Nación chilena, que permitieron, inclusive, la renovación de sus pertrechos bélicos, por un afán intimidatorio, hacia los países que lo circundan.
En suma: la gratitud chilena debería traducirse en la restitución de la soberanía boliviana en el Pacífico.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |