Buscando la verdad
¿Cuán indiferentes podemos ser ante a un escenario internacional donde las monedas se devalúan o deprecian continuamente? ¿Podrá Bolivia mantenerse impávida y mirar de palco? Si 40 de cada 100 dólares de su PIB son exportaciones y el cien por ciento de sus importaciones depende de los dólares generados por exportación para su pago… ¿cómo nos golpeará aquello?
Para entender la importancia de nuestro comercio exterior, hay que saber que entre el 2006 y junio del 2015 las exportaciones bolivianas generaron 78.000 millones de dólares financiando fácilmente los 63.000 millones de dólares de nuestro frenesí importador.
Parte del superávit comercial, más las remesas de nuestros compatriotas en el exterior por cerca de 10.000 millones y el turismo receptivo, ha sido lo que apuntaló en estos años la formación de las Reservas Internacionales Netas (RIN), de donde se concluye que la estabilidad económica y la solidez del Boliviano tienen que ver con las exportaciones.
En efecto, los saldos positivos en la balanza comercial han sido los principales aportantes a las RIN del BCB como para poder llegar a jactarnos hoy que junto con la China tenemos una de las mayores proporciones de reservas de divisas respecto al PIB y, como China sabe cuánto importa la exportación… ¡también ha devaluado!
La mala noticia para el comercio exterior boliviano es que este 2015, descontando las reexportaciones -así debe ser pues éstas no aportan el ingreso de dólares para el país- luego de más de una década, pasó a ser otra vez deficitario, significando que lo que exportamos no alcanzó ya para pagar lo que importamos.
Debe preocupar que mientras el valor exportado cae un 30% en números redondos, las importaciones apenas bajan 3% causando el desbalance, dada la alta dependencia del abastecimiento externo de una Bolivia que jamás estuvo blindada.
La caída de las cotizaciones de las materias primas vino a desnudar cuán vulnerable sigue siendo nuestra economía y lo malo es que si esta situación persiste las RIN disminuirán su nivel, siendo que hoy distan ya de los más de 15.500 millones de dólares que sumaron en su mejor momento. ¿Qué hacer para que suban? ¡Exportar más e importar menos!
Contra tan buen deseo el problema son las depreciaciones y devaluaciones de las monedas extranjeras que -con un Boliviano fuerte y un dólar barato en el país- alentará aún más la importación y perjudicará la exportación de nuestros minerales y productos no tradicionales afectando a las empresas, el empleo y la economía.
El autor es economista y Magíster en Comercio Internacional.
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