Derecho de rebelión y resistencia

Hace unos días, la presidenta de la Cámara de Diputados y, al decir del politólogo Diego Ayo, operadora política del MAS en la Asamblea Legislativa, declaró a los medios que estaban preocupados los oficialistas, debido al no respeto a las autoridades electas, como en el Ecuador, donde el presidente Correa es resistido por diversas organizaciones indígenas, urbanas y otras.

Lo que parece que olvidó la diputada del oficialismo, es que su gobierno y partido, en su política interna de barrer con todo atisbo de oposición o crítica al régimen de gobierno populista de izquierda, en procura de conseguir la hegemonía del poder, como lo reclamó el Vicepresidente, no respetó a las autoridades electas por el voto ciudadano, como los gobernadores de Pando, Tarija, Cochabamba y otros alcaldes de municipios. Sin olvidar al gobernador del Beni y al que fuera prefecto del departamento de La Paz, José Luis Paredes, arrebatándoles sus funciones, en algunos casos con el uso de la violencia, o con los procesos amañados por la justicia al servicio del poder político.

La mencionada autoridad del Órgano Legislativo parece olvidar que en el decurso de la historia de la humanidad, los pueblos que sufrieron las tiranías y despotismos durante centurias, lucharon denodadamente para conseguir que el poder se origine en la voluntad del pueblo, y cuando ese poder legítimo, en su ejercicio, se tornaba dictatorial, el pueblo debería tener el derecho de echar al tirano del poder, mediante la rebelión y resistencia, como derecho del pueblo. No olvidemos la sentencia de Karl Kautsky: “Cada vez que los campeones de la libertad y la igualdad han obtenido la victoria, han transformado siempre sus victorias en bases para nueva opresión y desigualdad, dando como resultado el surgimiento de nuevos combatientes por la libertad e igualdad”.

La historia de la humanidad resulta la historia de la lucha de unos contra otros, de los unos por someter y esclavizar a otros, y de éstos por defender su libertad.

La historia de los hombres ha sido y es la historia de la lucha por la libertad y la justicia. Ya en la antigua Grecia Aristóteles, siguiendo a Platón, se refirió a la “tiranía” que ejercen los gobernantes, y Platón, luego de su experiencia en Siracusa, concluyó que los gobernantes no son ni sabios ni filósofos, sino déspotas y tiranos.

San Agustín sostuvo que la Iglesia no podía ser indiferente al pecado y si el gobernante era pecador, cabía la rebelión contra éste. Tomás de Aquino sentenció que “el gobierno es un oficio de confianza para la comunidad, en consecuencia la resistencia a un mal gobierno, estaba justificada”, y admitía la revolución o resistencia a la opresión. En la misma dirección, el filósofo Francisco Suárez dijo: “el gobierno es para servir a las necesidades del hombre y si un soberano olvida su responsabilidad, estaría dentro los derechos del pueblo reemplazarlo”.

En el Siglo XVI, Vitoria planteó que si el monarca se convertía en tirano, cabía la resistencia, y fueron muchos otros pensadores que proclamaron este derecho, que estuvo también en la Declaración de los derechos del hombre, de 1789, en la Revolución Francesa.

En nuestro país, uno de los más grandes pensadores del pasado siglo, Franz Tamayo, dijo: “A título de mayoría, el partido de gobierno comienza por devorar a la Nación para acabar a su turno devorado por su jefe, el hombre de acción. Ello es posible gracias a que el patrimonio de todos, que es el poder, y el dinero público es puesto al servicio de la criminal empresa”.

Los gobernantes en el ejercicio del poder que les ha conferido el pueblo, deben ser celosos cumplidores del mandato que han recibido, y poner todo su esfuerzo y conocimientos en procurar el bienestar colectivo, respetando los derechos de todos y cada uno de los individuos, pero especialmente cumpliendo rigurosamente las leyes. Si se ponen por encima de éstas, pierden su legitimidad y el pueblo debe recobrar su soberanía para elegir otros gobernantes.

La señora presidente de diputados, que es seguidora de la ideología de la revolución socialista, debe saber que ésta se origina en el derecho de resistencia y rebelión del pueblo.