Hasta que la suerte los separe

Emergiendo de las sombras de mi encierro, pedí a mi colaboradora periodística que me describiera las actividades más sobresalientes que se desarrollan en ese mundo luminoso del Palacio de Gobierno, donde brilla la estrella de Evo Morales y el fulgor de otros astros menores que se arriman a él en pos de notoriedad en esta época, cuando se habla del futuro de nuestro país. La cholita no se hizo de rogar y cual si estuviera retornando de un viaje estelar, comenzó diciéndome que los astros políticos de ascendencia criolla siguen girando en el espacio.

De golpe y porrazo, la cholita dejó de hablar de astros y estrellas y me dijo “no exageremos las cosas, pues la mayor parte de los personajes que van y vienen a resolver el tema de la sucesión presidencial no son más que “sunchu luminarias” (léase cohetes fallidos) que emulan al dúo más famoso de los últimos diez años de la política criolla”. Como puse cara de zonzo, algo no muy difícil para mí, la vivaracha cholita me dijo: “Estoy hablando del dúo Evo y Álvaro que nos ha hecho llorar y reír más que el dúo Laurel y Hardy, que Abbott y Costello y el inolvidable Tom y Jerry”.

Evoqué con una sonrisa a esos famosos dúos que alegraron mi niñez y reconocí ante mi comadritay que el legendario dúo Evo y Alvarito es el más famoso y durable de todos los mencionados en mi diálogo con mi comadre Macacha. Aprovechando la ocasión, la imaginativa bambina cochabambina me dijo: “Casi le podría decir -compadrituy- que se trata de un matrimonio político, o un concubinato constitucional destinado a perdurar per sécula seculorum y que durará “hasta que la suerte los separe” y no le digo hasta que la muerte los separe porque ellos son tan inmortales como el tango “La Cumparcita”.

Este es el tema que en estos momentos ocupa la cabeza, el corazón y también los pies de los políticos gubernamentales que se agitan por los despachos y pasillos del Palacio de Gobierno y también del Palacio Legislativo, del Palacio de las Medias y hasta del Palacio del Silpancho, noble institución donde también se debate si Alvarito García Linera debe continuar conformando el dúo más famoso de la última década boliviana, con quien los bolivianos aprendimos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas. Concluyó mi conversación con la cholita Cochabambina nacida en Quillacollo agradeciéndole por haberme ayudado a evocar al dúo Laurel y Hardy, al dúo Abbott y Costello, y al dúo Tom y Jerry para destacar la importancia histórica del famoso dúo criollo Evo y Álvaro.