Pensamiento “marxistoide”

El gobierno del MAS, con condiciones favorables, no hace el esfuerzo necesario para crear condiciones para un “vivir bien”, y cuando algunas ONGs, entre ellas el Cedla, Cedib, Fundación Milenio y Tierra lo hacen, son “malagradecidas”. Se las acusa de hacer política “partidaria” y de “mentir” a favor de “transnacionales”, y de yapa el exministro H. Moldiz, orondo, “aconseja”: éstas (ONG) debieran cambiar en “complemento” al cambio (¿). Una treintena de intelectuales progresistas (que en el pasado apoyaron a Evo Morales) han enviado una carta al vicepresidente Álvaro García Linera, en la que critican su amenaza contra estas ONG. Gran parte de la cooperación de la Unión Europea a estas instituciones pasa por la administración del gobierno de Evo Morales, asegura Timothy Torlatot, embajador de la UE. Susana Aróstegui, directora ejecutiva de Unitas, asegura que existen evidencias fácticas positivas del trabajo de estas ONG, por ello pregunta ¿a qué le teme el gobierno?

Según el Vicepresidente, las ONG “no pueden hacer política”, excepto si arman su partido y se presenten en elecciones, ¿aplica su consejo en él? No existe ley que prohíba hacer política (apartidaría). Reclamar por derechos humanos; salud; educación; vivienda; trabajo; un medio ambiente sano; respeto a la CPE, había sido delito. Incapaces, se remiten a estigmas: ¿“trotskistas verdes” vendieron su ideología por dinero? Sí, pero al MAS (muchos de ellos son parte del Gobierno). Evo Morales es lo que es, en parte, gracias a las ONG (a un periodismo que lo respaldó ante los embates neoliberales). Entreverar la “política como derecho humano”, y la “política partidaria” es cuando menos un -otro- error político. El único que prohibió hacer política en términos de “reivindicación popular” fue Banzer en 1974, entonces, ¿qué pasa?

El exembajador de Bolivia en el Vaticano, Armando Loaiza (cuya aceptación de renuncia fue un “autogol” boliviano que Claudio Fariñas con su “off the record” -grabadora apagada- logró a favor de Chile), puso el punto en la i: el Estado plurinacional está imbricado de un pensamiento “indigenista marxistoide” -que todo mundo con dos dedos de frente se percata- que no le permite transitar de la teoría a la práctica, o del Estado aparente al Estado integral. Esta entropía, ni dudarlo, muestra al MAS que en 10 años todavía no tienen su paradigma claro (sigue con el ensayo y error). Este “modelo “teórico” –marxistoide- yuxtapone a Maquiavelo, cuya idea básica es: “dividir para reinar”, entreverado por un “marxismo light” que le permite confundir al soberano para legitimar un “autoritarismo” a través de un constructo (marxista) que “deforma” -precisamente- la episteme de Karl Marx.

Por ello, grotescamente se “metamorfosean” en democracia, improvisando “hechos”: transitan del ateísmo al laicismo; apoyan y luego denostan a ONG, “solventan” mass media afines y “asfixian económicamente” a independientes; a gobernaciones y alcaldías que consideran “opositoras”. Entonces, la respuesta a la pregunta de Aróstegui ya se advierte en la represión a la marcha por la defensa del Tipnis, como consecuencia de su “pensamiento marxistoide” (anti indígena), con respecto a las ONG. Alejandro Almaraz asegura que el Vice sabe que éstas tienen información y muchos datos valiosos para defender derechos con un valor técnico (científico) y por ello quiere “anularlas” para dejar a los sectores populares indefensos y de esa manera aplicar su política neoliberal.

El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).