Hungría cerró ayer el principal paso fronterizo con Serbia, por donde ingresaban al país miles de migrantes, ahondando el drama migratorio que sufre la Unión Europea (UE) que fue incapaz de ponerse de acuerdo para distribuir a las decenas de miles de refugiados.
Austria y Eslovaquia se sumaron, además, a la iniciativa de Alemania de restablecer los controles fronterizos, suspendiendo así el espacio de libre circulación de Schengen, vigente desde hace veinte años.
En la frontera austro-alemana los embotellamientos atascaron los pasos fronterizos en tanto los refugiados que buscaban llegar a la UE quedaron del otro lado de la frontera, en Serbia.
En Bruselas, la oposición de varios países del este europeo impidió alcanzar un acuerdo para distribuir por cuotas en la UE a 120.000 refugiados en dos años.