Definiciones políticas para días próximos

La vida política del país ha ingresado a una semana de importantes definiciones que podrán alterar o modificar el curso de futuros acontecimientos de la historia nacional. Son, por lo menos, cuatro sucesos que ya tienen en vilo a toda la población y ni qué decir al régimen político vigente.

En orden cronológico, el primero de ellos será el referéndum para que la ciudadanía de cinco departamentos rechace o apruebe con su voto el proyecto conocido como Estatuto Autonómico, el mismo que se basa íntegramente en su contenido en la actual Constitución Política del Estado, aunque con algunas variantes, de forma que no alteran su esencia y el mismo que apenas ha sido conocido por la población.

De aprobarse en referéndum el documento, los gobiernos departamentales deberán sujetarse a sus disposiciones generales y la administración central podrá tener en sus manos nuevos instrumentos para que las gobernaciones estén sometidas a sus normas.

Sin embargo, podría darse el caso de que el próximo domingo la ciudadanía practique alguna forma de abstención, ausentismo o vote en contra, lo cual significaría un traspié para el Gobierno y que, por tanto, tenga que alterar su rumbo. En fin, la votación del domingo es de alta trascendencia política.

Inmediatamente después de ese evento, el pueblo boliviano esperará para el subsiguiente jueves, la palabra de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, la cual deberá definir si ese organismo es o no competente para considerar la demanda boliviana acerca de la reivindicación marítima.

También el resultado de este asunto tendrá enorme significado en el devenir no sólo del Gobierno sino del país en general, Asimismo su repercusión internacional será de grandes alcances.

Un tercer candente asunto político boliviano en tela de juicio es el referido a los debates originados con motivo de la propuesta de algunos grupos sociales en sentido de reformar la Carta Magna en lo que se refiere al Artículo 168, que se sugiere sea modificado, ya que en su texto actual señala: “El período de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidente o del Vicepresidente del Estado es de cinco años y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.

Superados los dos primeros aspectos del acontecer político, la cuestión de la re-reelección presidencial será el pan de cada día, tratando de hallar “salida” a la contradicción, debate que será con seguridad enconado y podrá durar varios meses hasta su total aclaración, más aún porque se trata de un tema de capital importancia pública.

Pero el asunto no concluirá ahí, pues en caso de ser aceptada la reforma del artículo aludido, deberá realizarse una serie de medidas para alcanzar el objetivo final, entre ellos un nuevo referéndum, debates parlamentarios y una serie de pasos procedimentales contemplados en la Carta Magna, de tal forma que, finalmente, la idea prorroguista pueda ponerse en práctica, naturalmente siempre que sea aprobada.

En esa forma, en términos generales, el pueblo boliviano encara de inmediato una agitada y no menos decisiva temporada política para su futuro y en la cual participará activamente.