I
Oscar Espinosa García
La revolución de abril de 1952 se produjo para derrocar a un estado semifeudal dominado por una rosca que usufructuaba de los beneficios del poder y que mantenía a la mayor parte de la población (en especial a la población indígena) en condiciones de marginamiento y pobreza. El partido que propició la revolución fue el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el líder fue Víctor Paz Estenssoro. Para construir un país moderno, con la participación de todos sus habitantes, se tomó medidas como el voto universal, la reforma agraria, la reforma educativa, la creación de legislación del trabajo, del sistema de seguridad social y otras de carácter social.
En lo económico se nacionalizó las minas de los barones del estaño y se dio inicio a la era estatista de la economía, donde el Estado sería el principal motor de la economía. En el campo económico hay que mencionar el desarrollo de Santa Cruz y de los hidrocarburos y la construcción de la red de carreteras. El MNR gobernó hasta 1964.
En 1964 comenzó el periodo de los gobiernos militares que duró hasta 1982. Éstos profundizaron el capitalismo de Estado. En los años 70, durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez, se produjo otra bonanza por los elevados precios del petróleo y minerales, en cuya exportación se sustentaba la economía del país y cuya propiedad la tenían las empresas estatales.
En 1982 volvió la democracia al país con el gobierno de la UDP de Hernán Siles Suazo, pero la crisis económica se vino sobre Bolivia, principalmente por el agotamiento del sistema de capitalismo de Estado. Los ingresos del Estado se contrajeron y los egresos aumentaron, en parte por las exigencias de aumentos salariales de los trabajadores sindicalizados y se vino la inflación que después se convirtió en hiperinflación. El control de precios produjo escasez de alimentos, el pan a precios oficiales se podía comprar en cantidades limitadas, haciendo filas desde tempranas horas del día. Había también escasez de dólares, lo que produjo un mercado negro, del cual se aprovecharon los especuladores que tenían acceso al Banco Central o los que simulaban compras en el exterior. Con mucha responsabilidad y nobleza el presidente Hernán Siles Zuazo renunció para que se realicen elecciones, producto de las cuales surgió otra vez el gobierno del MNR y de Víctor Paz Estenssoro.
Para enfrentar la crisis, el gobierno dictó el Decreto Supremo 21.060, cuya redacción Víctor Paz encargó a un equipo de profesionales bolivianos a la cabeza de Gonzalo Sánchez de Lozada. El decreto fue discutido por el gabinete y fue promulgado el 29 de agosto de 1985. La crisis cedió y el país volvió a la normalidad económica, se controló la inflación y se reactivó la producción de bienes y servicios, había pan en abundancia que la gente podía comprar a precios razonables. El Gobierno introdujo nueva moneda y puso el gasto público bajo control.
Pero el decreto 21.060 no fue solamente para superar la crisis, sino que fue el comienzo de una nueva política económica, que comprendió a un conjunto de reformas estructurales que cambiaron el sistema económico de Bolivia. Básicamente, se pasó de un sistema económico en el que el Estado era el principal ejecutor de las actividades económicas, a un sistema en que el mercado sea el lugar donde se realizan y se estimulan las actividades económicas. El Estado es imprescindible en el sistema económico, pero tiene otras funciones, que la de intervenir en las actividades productivas. Su función es regular la economía y proveer bienes y servicios que el sector privado no puede producir. Para ello fue transformado en su organización y sus instituciones. Se dio a los municipios una función más preponderante dentro de la administración del Estado.
Las medidas más importantes del decreto 21.060 y de su complementario el 21.660 fueron:
• Reducción del déficit fiscal mediante el congelamiento de salarios, aumento del precio de la gasolina y reducción de los gastos del Estado. Se racionalizó la burocracia y se estableció para el Gobierno una disciplina para llevar las finanzas públicas y una prudencia para llevar la política monetaria.
• Reforma del Banco Central, para que sea una institución independiente del poder político. Se prohibió los préstamos que hacía a las empresas públicas y al Ejecutivo.
• Introducción de una tasa de cambio real y flexible del dólar, mediante la creación del bolsín manejado por el Banco Central.
• Liberalización total del mercado, donde debería haber libre oferta y demanda y libertad para poner precios (con excepción del transporte público urbano). Se estableció la libre contratación en el mercado laboral.
• Reforma tributaria: se redujo más de 400 impuestos a siete básicos, entre ellos el IVA. Establecimiento de un arancel único a las importaciones, con excepción de una lista de bienes de capital que estaba sujeta a un arancel menor.
• Apertura de la economía al mercado internacional. Se estableció la libre importación y exportación de bienes y servicios. Se quitaron las restricciones sobre los movimientos de capitales desde y hacia el país.
Oscar Espinosa García es ingeniero civil y docente de la UMSA.
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