Hombre abusó de su hijastra durante 7 años

José C., un ciudadano de 45 años, fue acusado de abuso sexual a su hijastra a quien habría vejado durante siete años.

Al respecto, el fiscal Harold Jarandilla dio a conocer que el sindicado optó por llevar el caso a proceso abreviado aceptando su culpabilidad.

Asimismo, se dio a conocer que el implicado comercializaba imágenes de estos encuentros.

El delito que se le imputa es violación con agravantes, ante la serie de evidencias que fueron recolectadas donde claramente se identifica que esta persona abusa de la menor cuando ella tenía ocho años. También se dio a conocer que el acusado usaba un falso nombre en redes sociales para extorsionar a la menor chantajeándola con hacer públicas las grabaciones si ella no cumplía con sus exigencias.

FILMACIONES

En las investigaciones se establece que el caso ocurría en la zona Ciudad Satélite, donde el padrastro abusa de la menor y este hecho llega a ser filmado por parte del sindicado. Este le aseguró a la abusada que su computadora fue ‘haqueada’, por lo que las imágenes fueron sustraídas del sistema y ahora eran usadas por una supuesta tercera persona para emprender el chantaje.

Meses después, la menor, mediante las redes sociales, verifica la solicitud de amistad de una persona desconocida de apellido Quispia quien era su mismo padrastro pero con otra identificación. Esta persona, con quien entabla conversación mediante las redes, le informa que había conseguido las imágenes de su abuso sexual y bajo la amenaza de hacerlas públicas en las redes sociales, chantajea a la menor para que nuevamente tenga relaciones con la persona que estaba en el video.

La víctima, quien por miedo a que esas imágenes puedan ser publicadas en su cuenta de Facebook o en otras páginas de las redes sociales, acepta el chantaje, habla con su padrastro y nuevamente tiene relaciones con él, encuentros que eran grabados para luego enviar los videos al supuesto chantajista.

Por un lapso de cuatro años, esta persona somete a la menor a ese tipo de vejaciones, las cuales incluso incluían ciertas exigencias, bajo la condición de que este procedimiento de abuso sea grabado y enviado a ese supuesto amigo de la red, quien logra mantener un continuo contacto para conservar el chantaje.

Mientras que el padrastro quien era la misma persona que chantajeaba por el Facebook para convencer a la menor, aducía que a él esa persona desconocida también la chantajeaba y que para concluir con ese hecho la menor debía indicar que sufría una enfermedad terminal, con el propósito de evitar continuar con los chantajes.

La menor, al comentar sus supuestas dolencias a Quispia, el contacto de la red, éste también argumenta que presentaba una dolencia terminal y por esa razón propone comercializar las imágenes que ella le mandaba y que en un inicio estaba cobrando Bs 50 por que extraños la vieran y que si ella lograba que esas imágenes puedan tener factores parecidos a la pornografía comercial, ella sería beneficiada con el dinero.

La comercialización y retención de pornografía se convierte en un mayor agravante que aumentaría la condena del procesado, quien, asumiendo el caso mediante un proceso abreviado puede ser sentenciado con 25 años de privación de libertad, como establece el Código Penal.

Las extorciones del padrastro fueron continuas y más exigentes en contra de la menor, quien amedrentada por el supuesto amigo del Facebook y ante el riesgo de que esas imágenes fueran publicadas en las redes sociales, ella opta por callarse hasta que la madre de la menor es quien descubre el contenido de su celular y el tipo de contacto que efectuaba en la red social y luego de conversar con la menor, ahora adolescente, determinan denunciar al padrastro y continuar con el proceso penal en contra de esta persona quien en la actualidad se encuentra detenida en el penal de San Pedro.