Después de un viaje de poco menos de 12 horas, el papa Francisco llegó esta tarde a La Habana, en la primera escala de una histórica gira por Cuba y Estados Unidos, dos países en pleno deshielo en sus relaciones bilaterales, un proceso en el que el pontífice participó activamente.
El único acto programado para esta jornada era la ceremonia de bienvenida con la que el Papa fue recibido en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana por el presidente, Raúl Castro. También lo esperaban obispos cubanos, encabezados por el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega y varios niños que le entregaron flores.
En la isla caribeña, el Papa pasará cuatro días y en ese tiempo se reunirá con el expresidente Fidel Castro, pronunciará varios discursos, presidirá una misa en la plaza de la Revolución de La Habana –con la presencia de la presidenta argentina Cristina Kirchner– y visitará las ciudades de Holguín y Santiago, entre otros actos.