Diez años de colaboracionistas y serviles

El servicial sirve con atingencia y naturalidad a quien sea necesario, sin empeñar su dignidad ante nadie, mientras que el servil sin reparar en consecuencias ni razones obedece a ciegas órdenes, a cambio de una recompensa. Colaboracionista es quien “colabora” con un régimen político considerado opresivo o con los enemigos que han usufructuado de su país.

Los colaboracionistas más famosos de la historia boliviana son los actuales gobernantes que establecieron un aparato político para apoyar a gobiernos de Irán, Cuba, Venezuela, Ecuador, Perú. De igual manera y con descaro colaboran con el “gonismo, adenismo y mirismo”. Justificaciones falsas para su decisión sobran. Razones reales fueron la admiración servil que sienten por los tiranos que gobiernan los países mencionados. En otro caso se sospecha de una recompensa económica, razón por la cual no los pueden extraditar o bien los tienen controlados, pero se pavonean en las calles, a cambio de condicionantes políticos estratégicos (recuperación del mar), ejemplos hay de sobra.

El servilismo se puso de moda ni bien se estableció el régimen socialista boliviano, con la llegada de estrategas políticos, militares, médicos, profesores y otros provenientes de los países mencionados, a éstos los llaman “la fauna de la revolución servil”. Éstos y los principales gobernantes montaron un aparato de alta ingeniería política que abarca todo el territorio nacional, donde se distingue el proyecto narcisista de una dictadura y democracia caudillista, cuyo fin ya lo develaron al querer eternizarse en el poder.

El caudillo único del socialismo Siglo XXI en Bolivia, desde la Presidencia del Estado Plurinacional hasta el último confín de nuestro territorio está en campaña electoral permanente, pues los recursos del Estado y “otros” se los usa sin límite en el culto al líder. En edificios públicos y privados se cuelga vallas con la imagen del narcisista; son numerosas las horas de transmisión en cadena nacional de radio y televisión; además en la prensa escrita se contrata publicidad gubernamental, pasando por dudosas estrategias electorales y el cambio sistemático de legislación.

Más claro, en la Asamblea Legislativa cambian leyes sin pestañar y a pedido del cliente, concentrados en la imagen del megalómano y su pareja. Dos canales de TV estatales (acaparados por el Gobierno), uno nacional y otro internacional, se dedican a la permanente exaltación del caudillo y sus políticas económicas y sociales falaces, hasta el cansancio del pueblo.

Todo esto es servilismo de los que manejan los poderes Legislativo, Ejecutivo, Judicial, las FFAA, Policía, gobernaciones, alcaldías (afines al MAS); mediocres manejan la política para someter, corromper, engañar, defraudar, manipular, pretextando la ley, en “demo-nio-cracia” y en nombre de la ciudadanía o mejor dicho de los empleadores, porque ellos (los gobernantes) son nuestros empleados, nosotros los elegimos, pagamos sus descomunales sueldos, les damos sus ilimitados poderes, engordamos su ego y su billetera, todo para que nos representen, defiendan, protejan, etc. Lamentablemente lo único que hacen es conjurar contra el pueblo.

El servilismo es la base de la explotación, específicamente para los tiranos, qué ironía lo que ocurre con el ciudadano, empleado público, quien además de ser ultrajado se convierte en servil por sus necesidades de subsistencia…

El vasallo es la persona que reconoce a otro por superior o tiene dependencia de él. En el Estado Plurinacional tienen esa condición indígenas, campesinos, organizaciones sociales, ejecutivos de la COB y otros secuaces del gobierno, quienes se hallan arrobados por el caudillo, a cambio de recompensas en efectivo…

No se quedan rezagados, rastreros del empresariado boliviano en época de engorde, quienes aprovechan toda oportunidad que se presenta para beneficiarse con las arcas del Estado, condicionando su apoyo al Gobierno mediante liberación de impuestos, subvenciones u obtención de dinero para acomodarse a los caprichos del amo de turno; ejemplo: la Cumbre del G77 en Santa Cruz, la aprobación del segundo aguinaldo durante los últimos tres años, en desmedro de medianas y pequeñas empresas y otras que trabajan sin fines de lucro, las que reducirán empleos o se cerrarán.

Los principales gobernantes, enarbolando la revolución socialista Siglo XXI, después de descalificar al imperialismo, capitalismo, durante diez años se consideran diestros en finanzas y mediante hábiles muestras de servilismo consiguen créditos de países capitalistas, lo más novedoso. En los últimos días, el caudillo y su segundo en el mando declararon: “si el capital ayuda a la revolución, bienvenida la inversión”, “estamos comprando ciencia y tecnología”. Si van a instalar centros espaciales, nucleares y robotizar todo con miembros de la Conalcam, ponchos rojos y bartolinas, para potenciar al ejército nacional y contrarrestar las maniobras militares chilenas, todo este operativo lo tienen que tener listo hasta febrero de 2016 con proyección al 2025. En diez años de gobierno estos serviles del imperialismo internacional han firmado créditos por aproximadamente 15.000 millones de dólares. Esta muestra de moderno esclavismo la realizan gritando patria o muerte y sin asco a la corrupción.

No podemos olvidarnos de los agricultores de la coca, estos “humildes” ciudadanos son fieles a la revolución. En este caso no se puede distinguir si los serviles son los cocaleros o el caudillo que los conduce, de cualquier manera muchos de ellos se convirtieron en narcotraficantes, con ramificaciones internacionales, apoyados por los clanes del socialismo latinoamericano con rumbo a su extinción.

Como sugerencia, los políticos en ejercicio que se creen de la oposición, deben actuar de inmediato “enterrando” a los líderes del pasado tenebroso de nuestra Patria. De otra manera los mediocres, colaboracionistas y serviles del actual Gobierno seguirán a sus anchas.

El autor es docente universitario.

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