El espíritu de Halloween se apoderó de la residencia británica, donde el encargado de Negocios Chris Wall recibió a brujas, vampiros, vampiresas, zombies, diablos, dráculas, catrinas, muertos vivientes y otros tétricos personajes en una divertida fiesta, en la que los diplomáticos dieron rienda suelta a su imaginación.
También hubo otros amigos personales del anfitrión, pero todos llegaron cargados de entusiasmo para ser parte del acontecimiento que se celebra a nivel mundial, aunque el origen de la fiesta anglosajona es milenario y tiene raíces célticas y romanas.
El decorado de la casona le dio el marco ideal a la fiesta. Desde los jardines, las puertas, ventanas y otros espacios se iluminaron con velas, calabazas, murciélagos, calaveras, telarañas, huesos y otros símbolos típicos de Halloween, inspirados en las películas de terror clásicas, como las figuras de Drácula, Frankenstein, la momia, el hombre lobo u otros, los más modernos del horror, como Freddy Krueger, Michel Myers, Leatherface o Jason Voorhees.