En Cementerio General
• Esta costumbre es una práctica simbólica, que está relacionada con Todos Santos
Cientos de personas acudieron hasta el Cementerio General, la jornada de ayer, portando cráneos humanos o “ñatitas”, para ofrecerles música, rezos, flores, bebidas y una liturgia al interior de la Iglesia Católica.
Desde tempranas horas de ayer, la gente empezó a concentrarse, en las afueras del camposanto, en la zona de Callampaya. Cráneos de diferentes colores, ataviados de distintas formas, en urnas variadas fueron llevados hasta aquel lugar.
Apenas las puertas del Cementerio General se abrieron, la gente ingresó y se situó para acomodar a las ñatitas, cada cráneo, en algunos casos rellenados con algodón en la parte de los ojos y nariz, tenía un nombre, que según los mismos devotos, les fue revelado mediante sueños.
Al promediar las 9.00, se desarrolló una liturgia, en la oportunidad quien dirigió la ceremonia afirmó que el 8 de noviembre no se celebra la muerte, sino la vida que es dada por Jesucristo, con esas palabras la gente procedió a salir del templo católico y en la puerta un hombre de civil, que no era el sacerdote, procedió a echar agua como simulando bendecir a las calaveritas.
Rosario Sacaca Quispe, maestra de sahumerios en la zona de Ballivián de la urbe alteña, también portaba en sus manos una ñatita, a quien desde hace 15 años le da cuidados a diario.
“Siempre les pasaba fiesta, pero esta vez no pude porque cayó domingo el Día de las Ñatitas, pero al año les voy a hacer en un local con música, kullaguada (…). Las ñatitas nos protegen de todo, ayuda en los negocios, estudios. El lunes (por hoy) es día de las almitas, por eso les prendo velitas”, relató a EL DIARIO.
Al igual que Rosario, mucha gente se apretaba en abandonar el templo, mientras salía gente que no llevaba ñatitas, se acercaban a quienes sí las portaban en sus manos. Les preguntaban el nombre de la calaverita, les echaban flores y les ponían una corona de flores blancas, “se le pone como aureola de los ángeles”, complementó Sacaca.
Maribel comentó que las ñatitas pasan de generación en generación, en el caso de ella la consiguió, porque su hermana le entregó, para que le cuidara y le pusiera velas.
En el Cementerio General también se observó, tanto en el atrio del templo católico, como en la puerta posterior, que da hacia el teleférico (lugar donde desenterraron un grupo de ñatitas) tocaron conjuntos musicales, con melodías que parecían ser dirigidas a un ser con vida.
Según un documento de la Alcaldía en noviembre se celebra la “Fiesta de todos Santos y las Ñatitas”. El Día de las Ñatitas es una práctica simbólica, que está relacionada con Todos Santos. En el mundo andino y en un contexto de creencias, sobre la presencia del ajayu, se inscribe la devoción a los restos humanos de personas fallecidas.
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