La reciente publicación del “Manifiesto Comunista” de Marx y Engels, hecha por el Ministerio de Trabajo, con un comentario del vicepresidente Álvaro García y un discurso del presidente Evo Morales, ha actualizado algunos de sus conceptos políticos, entre ellos una calurosa apología de la burguesía que hicieron dichos personajes en ese documento editado por primera vez el año 1848.
Al respecto, vale dictar esos poco citados elogiosos conceptos que hicieron de la burguesía esos dos historiadores en dicho escrito. “La burguesía moderna -escriben- es por sí misma fruto de un largo proceso de desarrollo, de una serie de revoluciones en el modo de producción y de cambio”.
“Cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha ido acompañada del correspondiente éxito político…. La burguesía ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario”.
“Donde quiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus “superiores naturales” las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel “pago al contado”. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta… En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”…
“Ha sido ella -asegura enseguida- la que primero ha demostrado lo que puede realizar la actividad humana, ha creado maravillas muy distintas a las pirámides de Egipto, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a los éxodos de los pueblos y a las Cruzadas”.
En párrafo siguiente, continuando ese elogio a la burguesía, dicen: “La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción… Una revolución continua de la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores”.
Destacando el papel “altamente revolucionario” de la burguesía capitalista, agregan: “Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de haber podido osificarse”.
Después de varias páginas de admiración y alabanzas al capitalismo y la burguesía, el Manifiesto añade: “La burguesía, con su dominio de clase, que cuenta apenas un siglo de existencia, ha creado fuerzas productivas más abundantes y más grandiosas que todas las generaciones pasadas juntas. El sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, el empleo de máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, el ferrocarril, el telégrafo eléctrico, la adaptación para el cultivo de continentes enteros, la apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras surgiendo como encanto, como si salieran de la tierra. ¿Cuál de los siglos pasados pudo sospechar siquiera que semejantes fuerzas productivas dormitasen en el seno del trabajo social?”.
Otros términos de los citados pensadores ponen en duda algunas críticas que al capitalismo se hace en algunas esferas políticas, por lo que sería oportuno que repasen la lectura del libro publicado por el Ministerio de Trabajo.
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