La empresa de aviación gubernamental BoA está incurriendo en una serie de irregularidades con sus pasajeros y el maltrato que aplica a la carga, en el afán de obtener mayores ganancias, sin tomar en cuenta la responsabilidad y garantía con la que debe comportarse para sus usuarios.
Ha tomado como hábito vender más pasajes de los que tiene capacidad de transportar, lo cual suscita situaciones críticas en el aeropuerto. Pues, ocurre que, con alguna frecuencia, hasta una veintena de pasajeros se quedan sin poder viajar, porque el vuelo fue cerrado por hallarse completo.
En general, las líneas aéreas advierten en los pasajes que vende que deben estar con una cierta anticipación en el aeropuerto para embarcarse regularmente. Pero también prevén que vendieron el número exacto de pasajeros que puede ser transportado. Por tanto, se dan casos en que inclusive en los últimos minutos antes de que se cierren las puertas reciben a los pasajeros, considerando que tienen comprados los boletos para emprender vuelo en una determinada hora.
En cambio, en BoA cierran las puertas de los aviones en cuanto han llenado los espacios disponibles. Sin embargo, como han vendido pasajes por demás, entonces hay pasajeros que no pueden embarcarse y quedan frustrados en sus viajes, lo cual implica daños irreparables a quienes se quedan en tierra.
La situación, empero, no queda ahí. A última hora hay personas de influencia que sí pueden embarcarse. Entonces, lo que hace BoA es excluir del vuelo la carga contratada para el vuelo de determinada hora, por lo que igualmente causa perjuicios a las empresas o personas que han previsto embarcar su carga para el vuelo de una hora, conforme a los horarios que se tienen para el efecto y que arbitrariamente son relegadas a otros vuelos.
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