Efecto Macri

Aparte del escalofrío que recorre el espinazo de los líderes del “socialismo del siglo XXI” después del triunfo de Mauricio Macri en Argentina, los efectos económicos de ese acontecimiento político comienzan a mostrarse en la frontera.

PETRÓLEO ORO ESTAÑO Hoy viernes se lleva a cabo en Viena, Austria, la reunión ministerial 167 de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Venezuela propondrá a los Estados miembros una reducción de 5% en la cuota de producción conjunta. Sin embargo, Arabia Saudita de lidera el grupo, y la producción mundial, su posición es difícil ya que acaba de asegurar inversiones de Rusia y China para aumentar inmediatamente sus exportaciones. El precio del oro cayó a US$ 1046 la onza troy, su nivel más bajo desde 2010 en la jornada de ayer para luego recuperar parte de su valor y cerrar en US$ 1060 la onza troy. El oro está rumbo a su tercer año consecutivo de reducción en su valor como resultado de un esperado aumento en las tasas de interés en EEUU y un enfriamiento de la economía de China. Ambos escenarios reducen la demanda de los compradores de oro en el mercado internacional. La exportación de estaño de Bolivia durante los diez primeros meses de este año cayeron en 19,7% comparadas con las del mismo periodo de 2014. Entre octubre de este año y el del año pasado el precio internacional cayó en 22%. Las exportaciones de minerales en general han caído en 13%. Aun así se espera que el precio recupere parte de su valor en 2016 cuando el consume supere nuevamente la oferta si es que el consumo de China vuelve a aumentar.

Desde que Macri ganó en Argentina, la Aduana boliviana ha decidido frenar todo el comercio ilegal entre los dos países, con la única excepción de la coca y la ropa usada que sigue pasando la frontera, en dirección contraria, sin ningún control.

Frenar el comercio con Argentina fue, al parecer, la orden dada desde el gobierno, como una especie de castigo porque un candidato no peronista haya derrotado a los amigos del gobierno boliviano. Esta medida tendrá repercusiones en la inflación real, aunque quizá no en la que es medida por el INE.

El periodismo boliviano se pregunta si Argentina está pagando puntualmente por el gas natural que recibe de Bolivia, pero nadie da cuenta de ellos, desde que las estadísticas sobre ese detalle no se difunden en el país.

El embajador argentino, Ariel Basteiro, proveniente de las filas sindicales de los trabajadores peronistas de cargadores de aeropuertos, dijo que debido al triunfo de Macri en su país podrían frenarse las exportaciones de gas boliviano.

Su intención era crear una sensación de desastre entre los dos países, no se sabe por qué razones ni con qué intenciones, pero el presidente Evo Morales llegó a tiempo para aclarar que su vicepresidente, Álvaro García Linera, estaba equivocado cuando definió el triunfo de Macri como una derrota del socialismo del siglo XXI en toda la región.

Todo será normal en el comercio de gas natural entre los dos países, dijo el presidente Morales, porque existe un contrato de compra-venta que debe ser cumplido entre los dos países.

Lo malo es que, según el doctor en geología Carlos Darlach, Bolivia tendría que interrumpir sus exportaciones de gas a Argentina (17 millones m3/d) y a Brasil (33,3 millones m3/d) para poder atender la demanda interna boliviana que crece a un rito de 7% anual.

El equilibrio es tan delicado que si se mantuvieran las exportaciones, las reservas probadas de gas se agotarían en el año 2023, pero si las exportaciones fueran frenadas, las reservas permitirían a los bolivianos contar con gas natural hasta el año 2030.

Después de esas fechas, en cualquiera de esas posibilidades, Bolivia tendría que importar el gas que necesite para el consumo interno.

Resumido: si seguimos exportando a Brasil y Argentina, tendríamos que importar gas en 2023, pero si interrumpimos esas exportaciones, lo tendríamos que importar en 2030.

Si las empresas petroleras descubrieran nuevos campos productores, la entrada en producción de esos campos tomaría por lo menos doce años.

Y, en esto, Mauricio Macri no tiene nada que ver. No se invirtió en exploración petrolera durante la jauja de los precios altos del petróleo y del gas y ahora Bolivia debe vérselas con reservas que se agotan rápidamente.

Las reservas actuales son de 9 TCF. Al ritmo de extracción de este momento, durarían para 9 años. Es decir hasta 2024. Pero si se interrumpieran las exportaciones en este momento, las reservas cubrirían la demanda interna hasta 2030.

LA FELCN capturó 192 avionetas, con matrícula otorgada por la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil, para hacerles el estudio de microabsorsión y detectar si trasladaron alguna vez cocaína.	Pero no han sido inutilizadas cientos de pistas clandestinas que existen en la región amazónica, en Yapacaní, en el Chapare y en el Abapó, donde suelen aterrizar las avionetas capturadas.