La presidenta Dilma Rousseff prepara una batalla para evitar un juicio político en un Congreso ampliamente fragmentado en medio de un escándalo de corrupción y la peor recesión de Brasil en décadas.
El líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, introdujo oficialmente ayer un proceso para llevarla a juicio político, con el argumento de que violó leyes de responsabilidad fiscal. El juicio podría terminar en una eventual destitución.
“El momento de política actual es notoriamente grave. Nunca en la historia de la república hubo tantos pedidos de juicio político. La economía no va bien y la desconfianza en el país ya traspasó las fronteras”, dijo Cunha.