Aseguran científicos y activistas

Incendio en Madidi es una reacción de la naturaleza a las exploraciones



El clima permanece seco, y la ausencia de lluvias genera un riesgo de rebrote de las llamas.

El incendio producido el mes pasado en el “Cerro Brujo” del Parque Nacional Madidi, representa una reacción de la naturaleza en respuesta a las acciones que pretende realizar el Gobierno para ampliar las áreas de exploración y explotación de materias primas, aseguran científicos y activistas en un informe elaborado por el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade).

El pasado 15 de noviembre, tras una fuerte tormenta, cayó un rayo en “Cerro Brujo”, provocando un incontrolable incendio forestal, por la altura e inaccesibilidad del cerro, siguió ardiendo a pesar de los esfuerzos de guardaparques y el apoyo de un helicóptero que sobrevoló el área, dispersando agua para intentar sofocar las llamas. El clima permanece seco, y la ausencia de lluvias genera un riesgo de rebrote de las llamas que consumieron aproximadamente 200 hectáreas.

La leyenda del “Cerro Brujo” contada por los nativos de la región de San Buenaventura y Rurrenabaque, indica que existe oro escondido en sus alturas y que cuando alguien intenta alcanzar la cima, el cerro se enfurece, y ese momento se forma una tormenta que no permite que nadie llegue al codiciado oro.

Las montañas son sagradas para las culturas nativas de la Amazonía y eran consideradas dioses en la antigüedad. Aquello puede ser atribuido a la influencia quechua, ya que el imperio incaico, y probablemente, culturas andinas más antiguas, si bien no dominaron militarmente a los nativos de las selvas, tuvieron mucho intercambio cultural, comercial y de medicina natural, la cual sigue siendo utilizada con buenos resultados hasta la actualidad. Es así que los andinos llevaban sal, coca y otras plantas nativas para intercambiarlo con las múltiples medicinas tradicionales de los pueblos nativos de las vastas selvas.

La serranía de El Bala a la que pertenece el “Cerro Brujo” es una cadena montañosa que protege al Parque Nacional Madidi contra avasalladores y madereros, entre otros que podrían ingresar de la carretera San Buenaventura Ixiamas que corre paralela a la misma y está siendo ensanchada para ser asfaltada, señala el informe.

Del mismo modo, la serranía del Pilón Lajas que se encuentra paralela a la carretera de Rurrenabaque – La Paz, protege a la Reserva de la Biósfera y Territorio Indígena Chimán - Mosetene. Así, todo el valle de Pilón Lajas y Madidi está protegido por límites naturales más que por el gobierno que, con algunos guardaparques pretende controlar un área de aproximadamente 2.300.000 hectáreas.

Lamentablemente, estos límites naturales que la Madre Naturaleza ha puesto para proteger los últimos lugares que gozan de una biodiversidad y naturaleza intacta de la mano destructiva del hombre, los cuales de acuerdo con el estudio pretenden ser superados, porque en la actualidad se realizan estudios para la construcción de megaproyectos como la represa de El Bala.

De manera bastante similar, se pretende iniciar trabajos de exploración petrolera el 2016 en ambas áreas protegidas, todo esto sin haber consultado a los pueblos nativos afectados.

EXTRACCIÓN

La propuesta de Gobierno de pretender explotar petróleo, requiere la construcción de vías de acceso, construir oleoductos y gasoductos. En ese caso, se haría necesaria la deforestación de grandes áreas para los pozos y campamentos petroleros, observa el estudio. Los avasalladores y madereros utilizarían las vías de acceso para depredar los bosques, animales y peces de los ríos, cotizados por el comercio ilegal.

Para construir una represa, igualmente tendrían que abrirse caminos para que ingrese toda la maquinaria y material necesarios para construir una colosal estructura que pondría un muro al río Beni e inundaría todas las comunidades Chimanes y Mosetenes del río Quiquibey, y otras comunidades situadas sobre el río Beni como Torewa, y sobre el rio Tuichi como San José de Uchupiamonas que está a mucho más altura.

Al existir acceso a lugares antes inaccesibles, las actividades de narcotráfico también proliferarían, ya que en la parte alta del Parque Madidi, en la región de Apolo, donde de acuerdo al informe existen muchas plantaciones de coca y se sabe que áreas aisladas del Parque Madidi, son vías de tránsito de la cocaína peruana.

De igual manera, el Cerro Brujo está en riesgo de ser destruida la perla turística de la Amazonía boliviana, como es Rurrenabaque, debido al inicio de las obras de construcción del Puente Rurrenabaque-San Buenaventura en contra de la voluntad de la población. Las vías de acceso de dicho puente atraviesan ambas poblaciones en su integridad, especialmente el casco viejo y turístico, por lo que se afirma que convertirán a un atractivo turístico y patrimonio del país, en pueblos de paso de camiones de transporte pesado y de comercio desordenado.

POBLACIÓN

La población de Rurrenabaque según el informe, se opone a la ubicación del puente porque su vía de acceso atraviesa toda la ciudad, abriéndose paso entre zonas escolares y universitarias de ambos pueblos.

Las zonas urbanas también se verán afectadas ya que el tránsito de cientos de camiones al día pondrá en riesgo la seguridad de la población, perjudicando su salud con ruido, polvo, y contaminación en general. Asisimsmo el fuerte movimiento turístico que caracterizaba a la región, se verá fuertemente afectado, ya que es poco probable que los turistas visitantes elijan la localidad teniendo en cuenta que todo lo mencionado hasta el momento la convierte en una región poco atractiva.

 
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