Macri acelera reformas para anular restricción cambiaria

En pleno corazón de la pampa húmeda, en la localidad bonaerense de Pergamino, Mauricio Macri, ha concretado ayer una de sus promesas de la campaña electoral. El nuevo presidente argentino ha decidido eliminar las retenciones fiscales por exportación de la carne y todos los granos (maíz, trigo, sorgo y girasol) a excepción de la soja (soya), que verá reducida su tasa del 35% al 30%. La principal materia prima argentina irá pagando menos impuestos por derechos de exportación progresivamente, a razón de unos cinco puntos porcentuales al año. Ésa era una de las principales reclamaciones del campo argentino, que en 2008 puso contra las cuerdas al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, partidario de subir aún más esas retenciones fiscales.

ARCAS DEL ESTADO

La medida adoptada por Macri tiene como objetivo recomponer las mermadas arcas del Estado argentino para poder cumplir otra de sus principales promesas electorales: la eliminación de las restricciones cambiarias (el denominado ‘cepo’ al dólar impuesto por el Gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner en 2011).

Macri, que asumió su cargo el jueves pasado, espera recaudar a corto plazo unos 8.000 millones de dólares por la liquidación de la cosecha de granos retenida hasta ahora por los productores. “En la campaña me remarcaban que las economías regionales entraban en una situación crítica. Por eso voy a firmar un decreto para la retención ‘cero’ a las exportaciones regionales. Sin el campo, el país no sale adelante”, ha declarado Macri ante un grupo de productores agrícolas.

La medida aprobada ayer por el Gobierno de la coalición Cambiemos es el primer paso para eliminar las restricciones cambiarias que rigen en Argentina desde hace cuatro años. Al mismo tiempo, el nuevo Gobierno de centroderecha ha salido a la búsqueda de dólares al extranjero, principalmente a Estados Unidos, de donde espera obtener financiación a corto plazo para ir aumentando las reservas del Banco Central.

PAGO DE IMPUESTOS

El poderoso sector del campo argentino logra así que el nuevo Gobierno asuma sus reclamaciones desde el primer momento. Pero Macri, a cambio, les ha advertido a los productores que será “implacable” con los productores que evadan impuestos. “Hay que pagar los impuestos porque ahora los vamos a cuidar y administrar bien. No hay ninguna excusa. Si hay más ganancias, hay que pagar con alegría más impuesto a las ganancias (Renta), porque ese impuesto es solidario, ayuda a que podamos seguir construyendo oportunidades para otros”, les ha transmitido el mandatario. Y ha defendido una nueva relación entre el campo y la industria para que Argentina deje de ser el “granero del mundo” y se convierta en el “supermercado del mundo”.

En la primera etapa del kirchnerismo se prometió al campo que las retenciones fiscales se irían reduciendo paulatinamente. Pero ocurrió lo contrario. Las retenciones a la soja fueron en ascenso hasta alcanzar el 35% en 2008. Ese año, el Gobierno de Cristina Kirchner, que sucedió a su esposo Néstor Kirchner en el poder, decidió impulsar una ley para que esas retenciones fueran “móviles”. Era el mejor momento de la cotización de la soja en la Bolsa de Chicago y el kirchnerismo no quiso desaprovechar esa suculenta entrada de divisas a las arcas del Estado.

Ahí comenzó la denominada “guerra del campo”. El pulso que la influyente Sociedad Rural y otras organizaciones agropecuarias le echó al kirchnerismo casi acabó con la recién estrenada presidencia de Kirchner. Finalmente, el Gobierno, muy dañado políticamente por las huelgas y paros del sector agrícola, vio cómo el Congreso rechazaba su polémica propuesta. Pero el campo siguió reclamando una reducción de impuestos que ahora se ha concretado bajo el Gobierno de Macri. (elmundo.es)