Sobre aguas subterráneas

Se constató que Chile perforó pozos a menos de 300 metros en frontera

• Estudios realizados de Sergeotecmin confirman la existencia de aguas subterráneas


VISTA DE LA EMPRESA MINERA DE CHUQUICAMATA (CHILE) QUE PERTENECE A LA CORPORACIÓN DEL COBRE. ES LA MINERA MÁS GRANDE DEL MUNDO QUE EXPLOTA COBRE. SUS DIMENSIONES ELÍPTICAS SON DE 4.3 KILÓMETROS DE LARGO, 3 DE ANCHO Y 800 METROS DE PROFUNDIDAD.
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La Cancillería del Estado, a través del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin) y fotos satelitales, constató que Chile realizó perforaciones de pozos para obtener aguas subterráneas a menos de 300 metros de la línea que marca la frontera con Bolivia, actividad no permitida por normas internacionales, informaron autoridades de ese despacho.

Según datos oficiales, es casi seguro que mediante esos pozos Chile extrae aguas subterráneas de territorio boliviano para beneficiar a la industria minera del vecino país, según la explicación del vicecanciller Juan Carlos Alurralde.

EXPLICACIÓN

Bolivia comparte con Chile parte de la Cuenca Endorreica, región que es rica en recursos mineros como el cobre, ulexita, oro, sulfato de cobre, azufre y otros que son explotados por mineras chilenas.

Una cuenca endorreica es aquella cuyas aguas que muchas veces provienen de las lluvias no llegan al mar, sino que desembocan en sistemas de agua estancada como lagos o lagunas.

La región de la frontera entre ambos países es uno de los sectores más secos del planeta, ahí se encuentra el desierto de Atacama, por lo que el agua es el recurso más valioso.

TIENE USO INDUSTRIAL

Todos los recursos hídricos –vertientes del Silala, ríos Caquena y Lauca– Chile los utiliza para la explotación minera en la región donde están grandes empresas que explotan cobre como Chuquicamata, doña Inés de Collahuasi, La Escondida y Mariaelena, que son minas menores pero también utilizan para industria estractiva.

“Estas mineras son las más grandes del mundo (…) esa agua se la utiliza para la industria, para la producción minera, no es agua para tomar, no es agua para la vida y lo que provoca en Bolivia es que nuestra cuenca hidrográfica se está vaciando”, afirmó el vicecanciller Juan Carlos Alurralde

Las mineras chilenas requieren grandes volúmenes de agua para la explotación de cobre, como por ejemplo para el proceso de hidro lixiviación, relata Alurralde. “Su única alternativa es usar ilícitamente las aguas que pertenecen a Bolivia”, dijo.

AGUAS SUBTERRÁNEAS

Alurralde indicó que la Cancillería recibió denuncias de que en la frontera con Chile se estaban haciendo ”operaciones, perforaciones muy cerca de la frontera, a unos cuantos kilómetros de distancia”, lo cual llevó a indagar la denuncia.

“Se ha podido detectar por imágenes satelitales de que cerca del hito 60 y 50 se iniciaron grandes obras de perforaciones de pozos”, indicó la autoridad en su exposición mientras mostraba las imágenes de las obras civiles cerca de la frontera.

“Esta obra está a 3050 metros, se encuentra a menos de 300 metros (…) son como unas tres cuadras (de distancia) donde están los pozos profundos y las explotaciones de aguas subterráneas que está haciendo Chile”, manifestó el diplomático boliviano.

Estos pozos no son artesanales –señaló la autoridad de Gobierno– sino más bien son “infraestructuras industriales de extracción de volúmenes inmensos de agua subterránea”.

RECLAMO

En 2015, las cancillerías de Bolivia y Chile intercambiaron varias notas diplomáticas por este tema. Desde Bolivia se envió varias solicitudes de información a la Cancillería de Chile donde se solicitaba conocer, por ejemplo, la ubicación de los pozos, cuánta agua están explotando y en sí todo el informe técnico necesario.

“En mayo de 2015 manifestamos nuestra profunda preocupación y pedimos información a Chile, demandamos conocer toda la información necesaria y esta solicitud es legal porque Bolivia tiene derecho a defender sus recursos hídricos subterráneos”, manifestó Alurralde.

La solicitud escrita de Cancillería no fue respondida por Chile por lo que en junio de 2015 se vuelve a enviar otra solicitud bajo el mismo tenor. “Finalmente cuando Chile responde dice que no nos preocupemos porque no hay ninguna prueba de que los acuíferos subterráneos de donde se extrae agua tengan la condición de compartidos”.

La respuesta del Gobierno boliviano se basa apelando al derecho internacional y sostiene como fundamental la necesidad de conocer esa información.

En agosto del año pasado, Chile envía una respuesta afirmando que “reitera que no hay antecedentes de que los acuíferos son compartidos”.

El intercambio de notas continúa los primeros meses de este año, ya que en enero de 2016 la Cancillería envía otra nota a Chile insistiendo en la necesidad de conocer un informe técnico de las perforaciones, sin embargo, “en febrero de 2016 Chile vuelve a reiterar por tercera vez de que no existe antecedentes probables de que (las aguas subterráneas) son compartidas”.

CHILE RECONOCE

Este intercambio de notas desde 2015 entre las cancillerías de Bolivia y del vecino país son un referente para el Gobierno boliviano que emite la conclusión de que con las respuestas el vecino país admite las operaciones en frontera.

“Chile reconoce que está utilizando aguas subterráneas porque en ningún momento en sus notas niega, sino dice ‘no hay evidencias de que son acuíferos compartidos’. Dice que no hay pruebas, pero tampoco ellos tienen pruebas de que son solamente recursos chilenos”, sostuvo la autoridad.

ESTUDIO CONFIRMA

En ese contexto, el Gobierno, a través de Sergeomin (Servicio Geológico Minero), realizó varios estudios, los mismos que revelan que en el área donde Chile realizó las excavaciones existen formaciones acuíferas y lo más probable es que esa formación de agua subterránea continúa al lado de Chile, pasando la frontera lo que hace suponer que Chile está bombeando aguas subterráneas, que en su origen serían bolivianas.

“Para poder detectar un acuífero subterráneo hay que hacer estudios y por la cercanía de la explotación de los pozos en la frontera boliviana nosotros estamos casi cien por ciento seguros que están explotando aguas subterráneas bolivianas”, afirmó la autoridad.

CHILE NO PIDIÓ PERMISO

En relación al uso de aguas de los ríos Lauca, Caquena y Uchusuma, autoridades de la Cancillería boliviana aseguran que el Gobierno de Chile en ningún momento de la historia solicitó a Bolivia el permiso para desviar las aguas de esos ríos que provienen de territorio nacional.

“En los ríos Caquena y Uchusuma no sabemos cuánta cantidad de agua se están llevando. No nos han pedido ninguna autorización nunca y, sin embargo, han creado los valles de Azapa, Lluta (Chile) y están afectando al equilibrio ambiental de toda la cuenca”, afirmó el vicecanciller Alurralde.

Además del uso indebido de las aguas, la autoridad afirmó que el desvío de los ríos atenta al desarrollo medioambiental de la región fronteriza de Bolivia porque son varias poblaciones que se ven afectadas porque carecen de este recurso indispensable para el cultivo, para la ganadería y la subsistencia de sus habitantes.

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