A diario funcionarios del gobierno hacen aparatosos anuncios sobre la ejecución de notables obras públicas, (algunas de ellas faraónicas), de tipo caminero, industrial, educativo, hospitalarias, etc., asegurando en forma paralela que esos emprendimientos significarán enormes cantidades de dinero del Estado. Agregan que ya están financiadas.
Esa caudalosa campaña oficial de millonarias obras públicas se intensificó desde fines del año pasado y principios del presente a lo largo y ancho del país, como anticipo del referéndum del 21 de febrero y tenía, sin duda, fines electorales, aunque pareciera que no tuvo ese resultado a su favor, pues perdió el torneo y no alcanzó a obtener en las urnas el triunfo que soñaba.
Sin embargo, lo más notable del caso es que esos anuncios se producen en momentos en que los ingresos del país están cayendo en picada, al extremo que las afirmaciones oficiales aseguran que se reducirán en más del 30 por ciento y, en forma específica, en cerca de cuatro mil millones de dólares en este año, sin tener en cuenta las amenazas de que se agrave la crisis económica internacional que tiene síntomas de empeorar en forma exponencial.
En ese sentido, si los ingresos del Estado son cada vez menores ¿de dónde saldrá el dinero para materializar las grandes inversiones que anuncia y de las que no hace la menor mención? Esa interrogante es latente en la opinión pública de todo el país en especial en las poblaciones a las que se aseguró se harán las inversiones y donde, por un lado, se duda de la palabra oficial y, por otro, se afirma que su realización está garantizada.
En todo caso, cabe también reiterar ¿de dónde saldrán esos fondos multimillonarios en momentos en que los ingresos del país, en especial del gas, se derrumbaron en más de un tercio? Se puede considerar que el gobierno, por lo menos en apariencia, dispone de los recursos necesarios para cumplir sus ofrecimientos, pero en caso de no tenerlos a mano ¿a qué procedimientos acudirá?
En efecto, primero, tendrá que utilizar reservas de las que todavía dispone el Banco Central y segundo, buscar créditos externos, como el recién conseguido en China por más de ¡siete mil millones de dólares! y cuyas condiciones no se conoce. Existiría una tercera opción de conseguir fondos para equilibrar los gastos, que sería confiar en que las empresas públicas empiecen a dar ganancias, que se produzca el milagro de una ola de inversiones privadas y, finalmente, los cuestionados taladros chinos descubran algún yacimiento gasífero que garantice más producción y exportaciones, soluciones que serían complementadas con aumentar los impuestos a la población y exigir el cobro de los mismos sin indulgencia alguna.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |