La no conservación es amenaza a los bosques

Según estudios realizados por una investigadora de mucho prestigio, la falta de buena conservación, atención y cuidado de los bosques andinos preocupa seriamente porque corren el riesgo de perderse miles de hectáreas que, debidamente atendidas, podrían ser factor importante para el medio ambiente y cuidado esmerado de la naturaleza. “Las presiones más graves que sufren los bosques andinos son la ampliación de la frontera agrícola, el sobrepastoreo y la extracción excesiva de maderas, quemas y chaqueos”.

Efectivamente, la necesidad de contar con más áreas para cultivos hace que los campesinos destruyan bosques, sin considerar la urgencia de replantar los árboles destruidos y, como ninguna autoridad se preocupa por hacer cumplir disposiciones legales para la buena conservación de los bosques, la destrucción de extensas áreas queda librada al capricho y necesidades de la población campesina. Lo mismo ocurre con el excesivo e indiscriminado uso de pastizales para el ganado, especialmente ovino, que no está sujeto a ninguna planificación.

Quienes abusan de los bosques son, innegablemente, muchos madereros que inclusive sin autorización alguna para desboscar, no toman en cuenta la urgencia de reemplazar los árboles derribados que, en forma indiscriminada desertizan extensas áreas para la extracción de maderas. Según estudios de la especialista, “las mayores áreas deforestadas se encuentran en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Cochabamba y Tarija, y en menor medida en La Paz, Pando y Chuquisaca. En los países andinos, las presiones generadas por la explotación económica se concentran en algunas cabeceras de macrocuencas, lo que significa un mayor riesgo para los bosques y también para los de agua en cuanto a calidad y cantidad”.

Los chaqueos y quema de extensas áreas se han convertido en una especie de crimen contra la naturaleza y que se repite año tras año con el pretexto de “habilitar” tierras para el cultivo de tubérculos, hortalizas y otros productos destinados a la alimentación; parte de esta labor es cumplida para el sembrado de cebada y pastos para pastoreo de ganado. Los atentados contra el medio ambiente aumentan conforme “las necesidades de quienes precisan tierras” y, según parece, no hay autoridad que ponga freno a la acción de los depredadores que, sin consideración ni responsabilidad alguna, destruyen importantes áreas en todo el territorio nacional.

Consultadas algunas autoridades, tienen, al unísono la misma respuesta: “Estamos haciendo estudios necesarios para contener y evitar los abusos”. La respuesta es de siempre y la realidad es que jamás se pone freno a la acción destructiva de bosques para los que no existen nociones de lo que es conservación, preservación, cuidado y crecimiento de lo que es importante para la salud de la humanidad.