Pese al desarrollo de diversos estudios, conferencias y congresos realizados en Latinoamérica respecto de esta temática, e incluso considerando el hecho de que países vecinos como Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Perú cuentan con una “Economía del Cuidado” regulada, reconocida e implementada a través de sus políticas públicas y privadas. Sin embargo en Bolivia los beneficios y grandes ventajas que está trae consigo en diversos ámbitos y fundamentalmente en el económico, no se dejan ver. Ello debido a que aún no se implementó esta figura dentro del aparato estatal en nuestro país.
Esto quiere decir que a la fecha, no existe una manutención diaria de los trabajadores y futuros trabajadores junto con su educación y capacitación. Tampoco existen los cuidados indispensables para que los individuos que actualmente trabajan, desarrollen sus capacidades cognitivas necesarias y con ellas puedan adquirir conocimientos futuros de una mejor manera.
Este es uno de los problemas detectados actualmente en Bolivia, considerando que si los futuros trabajadores reciben el cuidado necesario en edades tempranas, entonces serán capaces de desarrollar con mayor profundidad su capital humano, siendo este último el principal insumo del crecimiento económico.
Otro problema que se detecta en nuestro país, es el relacionado a los costos asociados a este tipo de labores del cuidado, que requieren de esfuerzos significativos, pero no son siempre retribuidos de la mejor manera o simplemente no cuentan con una remuneración. En otras palabras, el trabajo asociado al cuidado es un proceso material y moral: requiere bienes, mercancías, servicios, trabajo y amor. Esto se asocia generalmente a un trabajo de cuidado no remunerado por el sector público y privado, lo que agrava la situación en el país porque existe un segmento muy significativo e importante de nuestra sociedad que se dedica casi por completo a estas actividades, dedicando su tiempo; energía y trabajo físico, sin una justa y adecuada remuneración.
En Bolivia a pesar de una reforma constitucional que alude a un principio de igualdad y equidad de género, sin embargo la realidad muestra marcadas asimetrías, estas desigualdades de género en las labores relacionadas con el cuidado, repercuten en la reducción de oportunidades laborales remuneradas para las mujeres, ya que en el mercado de trabajo boliviano, se dan mayores oportunidades a quienes no tienen cargas del cuidado. Por lo tanto, los hombres tienen mayores oportunidades de conseguir empleo. Aunque en algunos casos, la mujer logre conseguir trabajo remunerado, la carga en cuanto al trabajo no monetario no disminuye, creando sobrecargas laborales a las mujeres.
Finalmente otro factor vinculado a esta temática, es la falta de regulación normativa en el ordenamiento jurídico boliviano, respecto a este tipo de actividades no remuneradas dentro del funcionamiento económico. Como por ejemplo la necesidad de una ley que incluya dentro del sistema boliviano de cuentas nacionales a las labores no remuneradas, con el propósito de una posterior implementación de políticas públicas adecuadas. En principio una ley de este tipo, buscaría romper la visión neoclásica que considera al hogar únicamente como una unidad de consumo. Dentro de este sistema boliviano de cuentas nacionales se añadiría el rol de los hogares, donde estos participan en la producción de insumos y recursos necesarios para ejercer las labores del cuidado en la sociedad boliviana.
El autor es abogado.
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