Se afecta la imagen del país

Indudablemente, el triunfo del “No” en el referéndum del mes pasado desconcertó al Gobierno, provocando una desazón atribuible a la corrupción indígena en el Fondioc, el supuesto tráfico de influencias a favor de la empresa china CAMC que deriva en ataques al Presidente, el incendio de la Alcaldía de El Alto. A ello se añadió el distanciamiento con tres de los cinco expresidentes que mostraron reparos antes del 21 de febrero, al rechazar cambios a la CPE y cuestionar la intención de una cuarta postulación a la presidencia de los mandatarios y pretender abrir la Constitución para favorecer a dos personas.

En 2015 el Presidente dijo: “Constitucionalmente yo cumplo mi gestión en 2020. Eso es. Yo soy respetuoso de la Constitución”. Pero los que le rodean, velando por sus intereses personales, influyeron en el ánimo del Presidente hasta convencerlo para que intervenga en elecciones mediante la fórmula del “Sí”. Evo Morales estaba seguro de ganar con el 70%. Después de diez años de gestión sufre la derrota. Es un caso similar al de Víctor Paz Estenssoro, a quien los adulones le calentaron las orejas, y aunque subió por cuarta vez al poder, al poco tiempo lo bajaron.

El expresidente Carlos Mesa, designado en junio de 2014 como vocero oficial de la demanda marítima, se había enfrentado a un periodista de peso frente a cámaras de televisión en Santiago, hizo un buen trabajo debido a su capacidad didáctica, lo que la opinión pública reconoció. De retorno a La Paz dijo que “Morales le debe al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada más de lo que se atreve a reconocer porque gracias a las políticas que aplicó durante su gobierno es posible la existencia del Estado Plurinacional”.

Mesa, Quiroga y Paz en enero mostraron rechazo a la intención de modificar el artículo 168 de la CPE para habilitar al Presidente y Vicepresidente a una cuarta postulación presidencial. Como consecuencia, Mesa recibió ataques del Gobierno del MAS, desaires y exclusión de reuniones del Consejo Marítimo, hasta pidieron su renuncia, pero él expresó que no renunciaría.

Estos marginamientos de ex Jefes de Estado, miembros del caso mar, tienden a dañar la imagen del país, pues Chile aplaude y se mofa del enfrentamiento entre bolivianos, pide moderación en el lenguaje y respeto. Otros países nos observan de reojo. El mes pasado en un seminario sobre relaciones internacionales efectuada en Santa Cruz, el procurador Héctor Arce señaló “que de ahora en adelante la estrategia boliviana ante la CIJ será eminentemente jurídica”. Se entiende, los ex presidentes estarán discriminados, salvo Eduardo Rodríguez Veltzé, abogado, que el 3 de abril de 2013 fue nombrado agente representante ante La Haya y el 1 de junio de ese año fue designado embajador en Holanda. Aunque tiene sindicaciones, por los misiles chinos de las FFAA, que como Presidente había autorizado su desactivación en EEUU.

Mientras oficialistas y opositores están enfrentados por falacias y veracidad en el bullado “tráfico de influencias y sus derivados”, la diplomacia chilena trabaja arduamente para convencer a la CIJ de que no hubo invasión en 1879, que Bolivia provocó la guerra y Chile solo se defendió, que no tiene asuntos pendientes con Bolivia, que nuestro país renunció voluntariamente a su Litoral mediante el Tratado de 1904, que no usufructúa las aguas del Silala. ¿Qué más podrá alegar Chile en julio próximo?