Compartiendo diálogos conmigo mismo
Entre el arqueo y el balance
No me gustan los devotos del señor soborno,
tampoco los piadosos de puertas para afuera,
ni los sentimentales que viven según les place,
que donan únicamente aquello que les sobra,
en lugar de donarse ellos, ¡hasta no dejarse piel!
De un tiempo a esta parte, me parto...