El nieto del fotógrafo de Hitler devolverá 21 piezas arqueológicas
Bolivia recuperó en los últimos dos años cerca de 600 piezas arqueológicas y artísticas que fueron sacadas del país de manera ilegal hace varias décadas, informó ayer el ministro de Culturas, Marko Machicao.
"En los últimos dos años alrededor de 600 piezas hemos recuperado", dijo.
Machicao explicó que la mayor parte de ese lote está compuesto por piezas arqueológicas pertenecieron a la cultura Tiwanaku y el resto al legado de naciones de tierras bajas y la nación Chichas, entre otras.
Sostuvo que entre las reliquias más importantes rescatadas están la Illa del Ekeko y dos lienzos de Potosí que salieron del territorio nacional por Brasil.
"Hace pocos días fue anunciado también por nuestro presidente Evo Morales la recuperación de piezas que tienen que ver con la cultura tiwanacota y muy probablemente con la sirionó de tierras bajas", acotó.
Las piezas fueron recuperadas por medio de convenios efectuados con los gobiernos de Francia, Alemania, Suiza y Estados Unidos.
En esa misma línea, Machicao anunció que Bolivia continuará con el rescate de su patrimonio cultural por medio de ocho negociaciones en curso en Estados Unidos y algunos países de Europa.
"Cuatro están en Norte América y otros cuatro en Europa (...) Esperamos que todas las podamos concretar este año", añadió.
La autoridad manifestó que entre las reliquias que se prevé recuperar están monedas de plata acuñadas en el Cerro Rico de Potosí que eran transportados por buques y galeones que se hundieron en costas de Colombia y España y un chachapuma que está en Francia.
Dentro de las piezas que fueron recueradas están las 22 piezas arqueológicas bolivianas que en la actualidad están a manos del nieto de Hans Ertl, quien fuera un conocido documentalista alemán y fotógrafo que trabajó para Adolf Hitler, pero ¿cómo llegaron ahí?
Todo comenzó cuando el abuelo de Wagnerberger salió de Alemania después del fin de la guerra para establecerse en Bolivia.
En esos años, entre 1953 y 2000, cuando murió, fue explorador, documentalista y granjero.
Se asentó en una serranía de clima cálido en el departamento de Santa Cruz (este de Bolivia).
Fue durante ese tiempo, aunque todavía no se sabe a ciencia cierta cómo, que obtuvo esas piezas de al menos 1.000 años de antigüedad.
Fue el coleccionista Tobias Wagnerberger, nieto de Hans Ertl, quien las descubrió después de años de empolvarse en la oscuridad de un depósito.
Hace unas semanas, se puso en contacto con la embajada boliviana en Berlín para avisar del sorpresivo hallazgo.
El 24 de junio pasado, el ministro de Culturas y Turismo, Marko Machicao, informó a EL DIARIO que un equipo técnico de esa cartera de Estado está evaluando y catalogando las piezas arqueológicas recuperadas en Alemania. Las mismas pertenecen a la cultura de Tiwanaku y del oriente boliviano.
El ministro explicó que aún no se definió el lugar donde se trasladarán esas piezas, pero anunció que se creará un espacio, un museo, para las piezas que se recuperaron en los últimos tiempos, como la Illa del Ekeko.
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