Es el título de un cuento clásico de Augusto Céspedes. El relato en breve: El personaje principal, suboficial Miguel Navajas, recluido en Tarairí, en espera de ser evacuado a La Paz, ha escrito un diario, en el cual relata la historia del pozo, ahora en manos de los paraguayos. El tema principal es que no hay agua y el grupo de soldados, bajo el ardiente Chaco, cifra las esperanzas para obtenerla mediante la excavación manual de un pozo. El pozo supera los 45 m. y después de 7 meses, no hay agua; “ese agujero siniestro es un enemigo estúpido y respetable”, exclaman. No sirve para nada.
Los pilas al enterarse de que han excavado un pozo atacan al grupo, y éstos defienden el pozo, que sirvió para eso, para sufrir un ataque que arroja muertos de ambos lados, sin tener agua. Trece cadáveres son tirados al pozo y “ese pozo seco es el más profundo del Chaco”.
Este cuento nos recuerda que el agua es vida y su carencia, sufrimiento y muerte.
Con esta introducción me referiré a la importancia de nuestros acuíferos subterráneos, particularmente en estos momentos en que la cuenca del Pilcomayo se seca, “sufre sequía y los animales mueren deshidratados” (El DIARIO, 27 de junio).
APROVECHAMIENTO DE ACUÍFEROS DEL CHACO
Entre 1992 y 1998 en el Chaco, provincia de Tarija en Bolivia, fueron realizadas investigaciones para evaluar la posibilidad de explotación de aguas subterráneas, por un equipo técnico trinacional conformado por Ronald Pasig, Hernán Villena (Pronar, Bolivia) & Christian Neumann-Redlin. Estudios hidrogeológicos y geofísicos como también la perforación de pozos profundos han revelado en el paisaje de llanura aluvial deposicional y de las colinas bajas terciarias la existencia de acuíferos en profundidades mayores a 150 m. Los caudales de los pozos varían entre 0.5 – 2.0 l/seg y la calidad de esta agua subterránea sirve para todo tipo de uso. En el cono aluvial del río Pilcomayo existen acuíferos someros con agua fresca en los paleocanales y agua salina en las paleoterrazas. Los caudales suman a 1 a 3 l/seg, pero el uso es limitado por la existencia de aguas salinas.
ACUIFEROS DEL VALLE DE COCHABAMBA
Un informe del Centro de Levantamientos Aeroespaciales y Aplicaciones para el Desarrollo Sostenible de los Recursos Naturales (CLAS), realizado en 2011 y procesado en 2012, concluyó que el 15 por ciento de las recargas acuíferas vitales para reponer el agua de los pozos del Valle Bajo y de Cercado fue impermeabilizado por el avance de la mancha urbana y el asfaltado de calles por encima de la Cota 2.750, límite establecido por ley para las urbanizaciones sobre el Parque Tunari.
La situación, cuatro años después, empeoró a tal punto que Cruz exigió a las autoridades municipales que tienen jurisdicción sobre este pulmón ecológico acciones de mitigación para disminuir los efectos a raíz del cambio climático.
Los bolsones de agua del Parque Tunari son fuentes vitales para abastecer con este elemento a los municipios de Cercado, Sacaba, Tiquipaya, Quillacollo, Colomi, Sipe Sipe, Vinto y Colcapirhua.
El agua que fluye por las cuencas y microcuencas de la ladera sur del Parque Tunari llega a la cuenca del río Rocha y a los depósitos subterráneos de los valles, por infiltración, refieren estudios académicos que existen al respecto.
A lo largo del extenso territorio del Tunari existen al menos 39 acuíferos naturales de agua. Las cuencas más ricas e importantes están ubicadas en Liriuni, Korawayu y Tiquipaya. Las cuencas sirven para alimentar los pozos subterráneos que hay en varios municipios y garantizar el agua potable para consumo humano.
Claramente tenemos dos situaciones muy críticas y la política de aprovechamiento de nuestros hídricos superficiales y subterráneos requiere una cuidadosa planificación e inversión.
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