Desde su lecho de dolor, el presidente Evo Morales declaró que no pensó anular el referéndum del 21 de febrero pasado y “respetará la decisión del pueblo” que votó en contra de una reforma constitucional dirigida a no permitir que se repita la reelección del primer mandatario en forma sucesiva en un nuevo proceso electoral. En forma textual aseguró: “No estoy pensando en anular el referéndum del 21 de febrero. Yo respetaré la decisión del pueblo”. Se supo, al mismo tiempo, que el mandatario confesó que él y sus jefes de bancada “lloraron decepcionados” al conocer los resultados de dicho referéndum.
Declaración tan contundente ha sido un verdadero balde de agua fría sobre algunas organizaciones que apuntalan al partido gobernante, entre ellas la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, la Federación de Mujeres Campesinas de Cochabamba y las federaciones cocaleras del Chapare, de las cuales Evo Morales es presidente y máximo dirigente vitalicio. Ésta última entidad después de una frustrada recolección de firmas para demandar un nuevo referéndum, se reunió en un Congreso ordinario en el que decidió ingresar en un proceso de reflexión hasta el año 2019, cuando “definirá el camino para las próximas elecciones”.
El triunfo del NO en el referéndum tuvo efecto abrumador sobre las filas del partido de gobierno y los mismos gobernantes que no habían creído en la posibilidad de sufrir una derrota de esa naturaleza, más aún porque tenían todos los recursos del Estado en sus manos como la confianza de que la opinión pública todavía estaba a su favor, apreciación que resultó equivocada, pese a los pronósticos de empresas encuestadoras, advertencias de los medios de comunicación y el ostensible cansancio popular con el régimen, agotado por su prorroguismo y afectado por graves males internos como la corrupción, mala conducción del país, pérdida de confianza general y otras dolencias no menos graves.
Según declaraciones de dirigentes del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) está en plena declinación el impulso dirigido a la recolección de firmas para impulsar un nuevo referéndum que anule el resultado del 21 de febrero y así sea posible la reelección presidencial. Al respecto los cocaleros afirmaron que “Se descarta tratar el tema”, las bartolinas dirigidas por Juanita Ancieta declararon que “hay tiempo para analizar”, y las de la misma organización femenina de Cochabamba decidieron respetar los resultados del referéndum de febrero pasado.
En realidad, el desarrollo de la lógica política del país al mismo tiempo que elimina la posibilidad de anular el referéndum que favoreció al NO, consolida con creciente firmeza la posibilidad de realizar un nuevo referéndum en que pueda ganar el SÍ. Por otro lado, algunos argumentos en sentido de que el SÍ perdió en febrero por algunas “mentiras” se pierden como una nube de humo, mientras los que votaron el por el NO observan que su triunfo es irrevocable y definitivo.
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