Milton L. Lérida A.
Existen demasiados elementos por los cuales los chilenos no deben pisar suelo boliviano y menos conocer los manantiales del Silala. Pareciera que olvidamos que los chilenos en febrero de 1879 invadieron nuestro territorio y, al final, por la presión chilena terminamos entregando nuestro Litoral.
También desviaron las aguas del río Lauca, sin el consentimiento de Bolivia, motivo por el cual no tenemos relaciones diplomáticas.
Lo que hacen las autoridades chilenas con nuestros compatriotas transportistas, en los puertos de Antofagasta, Iquique y Arica, es otro atropello e incumplimiento al Tratado de Paz, Amistad y Comercio, suscrito el 20 de octubre de 1904, entre Bolivia y Chile.
A estos hechos se suma el de los campos minados, que los chilenos han sembrado a en toda la frontera. Este antecedente nada bueno dice de los chilenos.
Finalmente, la irracional demanda presentada ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por Chile contra Bolivia, sobre las aguas del Silala, es otro atrevimiento de quienes pretenden tener derechos sobre un recurso que es boliviano y está en nuestro territorio.
NUESTRA ACCIÓN
Los bolivianos, por soberanía, no debemos permitir que los chilenos ingresen a nuestro territorio y menos al sector de las aguas del Silala. Sería un grave error permitir que los chilenos vengan a inspeccionar nuestro recurso, como si tuvieran un derecho. La visita de los chilenos tiene un carácter político y no de turismo, además no sabemos qué uso le darán en la demanda.
La Cancillería y las autoridades del Gobierno boliviano cometerían un craso error si permitieran a los chilenos la visita a las aguas del Silala, es más, Chile podría hacer pasar esta visita como si estuvieran inspeccionando y constatando el “río Silala”.
Además quién nos garantiza que esta “visita” luego aparezca como un reconocimiento a que los chilenos tuvieran derecho sobre las aguas del Silala.
NO DEBEMOS FIARNOS DE LOS CHILENOS
Aunque tengamos amistad, aunque quisiéramos aparecer como pacifistas, los chilenos no son de confianza, porque luego viene por detrás la traición. Los bolivianos debemos tener mucho cuidado en estos hechos que luego pueden repercutir negativamente en la demanda chilena contra Bolivia sobre las aguas del Silala, así como en la demanda boliviana contra Chile, referente a la negociación de una salida libre y soberana hacia el Pacífico.
En caso de darse el consentimiento para una visita chilena a las aguas del Silala, significaría que Bolivia estaría relegando la intervención de las autoridades judiciales, hecho que puede repercutir negativamente, porque se estaría dejando a un lado a la CIJ.
NUESTRA POSICIÓN
Nuestra condición y posición frente a Chile debe ser clara y firme: todo podemos hablar y aceptar, en caso de que:
Primero.- Chile se comprometa a retirar la demanda presentada ante la CIJ en La Haya contra Bolivia, sobre las aguas del Silala.
Segundo.- Chile debe darnos un acceso libre y soberano hacia las costas del Pacífico.
Tercero.- Chile debe arreglar satisfactoriamente todos los problemas pendientes con Bolivia.
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