El Grupo de los Veinte (G20), que finalizó ayer en la ciudad china de Hangzhou, acordó elaborar un plan de acción para reactivar la actual desaceleración económica mundial. “El crecimiento sigue siendo más débil de lo que es deseable”, señala el borrador de la declaración final de la cumbre.
El G20 acordó movilizar “todas las herramientas políticas, monetarias, presupuestarias y estructurales” para estimular el crecimiento económico. En su plan de acción denominado “Consenso de Hangzhou”, el grupo rechaza de forma decidida el proteccionismo en el comercio mundial.
Los miembros también se comprometieron a no buscar ventajas económicas mediante devaluaciones de sus monedas, ya que la “excesiva volatilidad y fluctuaciones desordenadas de los tipos de cambio” constituyen un peligro para la economía global.
En su diagnóstico, el G20 señala que “siguen existiendo riesgos de un retroceso por la volatilidad potencial de los mercados financieros, las fluctuaciones de los precios de las materias primas, la lentitud en el comercio y las inversiones, así como el lento crecimiento de la productividad y el empleo en algunos países”. El panorama se ve complicado, advierte el G20, por la crisis de los refugiados, el terrorismo, conflictos armados y otros acontecimientos geopolíticos.