Don Quijote

Una de las composiciones de ballet más bellas, compuesta por Ludwig Pinkus, con coreografía de Marius Petipá, adaptada y puesta en escena por Norma Quintana, fue presentada en tres fechas, dando un espectáculo que ha deleitado al público de La Paz.

El auditorio en cada presentación ovacionó al cuerpo de baile que alcanzó nivel de perfección. Después del ballet Copelia que admiramos antes, creímos que el género había languidecido, pero fue para volver con Don Quijote magnífico, que ha emocionado a los asistentes, mostrando bailarines ya consagrados en tan hermoso y delicado arte del ballet.

La música en general es de una exquisita melodía que da sugerencias poéticas al argumento, que es acompasada con la magistral danza, especialmente en el Acto I y en el último, en que los principales bailarines que personifican a Basilio y Kitri, obsequiaron la pericia de sus pies alados en consonancia con la hermosa melodía.

Don Quijote nos hizo rememorar a una Norma Quintana que en el pasado nos entusiasmó con sus actuaciones en escenas de esta misma obra y otras, acompañada de otro gran bailarín de su tiempo, Fernando Ballesteros. Norma ahora en la dirección, antes fue el ensueño de los amantes del ballet y otros más que dieron lustre a este género en La Paz, hoy formando generaciones de bailarines. No dudamos que el éxito de las presentaciones de Don Quijote de pasados días se debe al trabajo y esfuerzo de la gran artista que es Norma Quintana, que está enraizada ya en Bolivia con tanto prestigio logrado y la formación de una familia. Ellos dos y después Jaime Méndez y Mariela González consolidaron el conocimiento del ballet en La Paz, meritoria entrega a la difusión de la danza, interpretando obras magistrales.

Últimamente en la ciudad de La Paz los amantes de la bella música estamos disfrutando conciertos de la Sinfónica Nacional, que cada vez nos obsequia interpretaciones muy bien logradas que se equiparan a otras del extranjero; orquestas de Cámara y de solistas de piano, violín, celo, guitarra, de canto y danza con grande afluencia de público, lo que ya exige un teatro acorde con la calidad de esos conciertos. Pero no se logra sensibilizar a las autoridades acerca de así como hay necesidad de proyectar danzódromos folclóricos, es prioritario erigir un gran Teatro de Ópera que una urbe como La Paz reclama con urgencia.

Ahí está el vergonzoso Panóptico como el sitio más a propósito y si se estudia los antecedentes, es un patrimonio de la Municipalidad paceña que debe ser rescatado para tal fin cultural. Ese sitio no solo es ideal como centro de cultura, sino como un hermoso emplazamiento urbano y arquitectónico.

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