II
Como se indicó, en Bolivia se produce un tránsito acelerado hacia el capitalismo, aunque frenado por grandes saldos coloniales y feudales tanto de origen legal como político. Entre los aspectos democráticos que tratan de imponerse tanto a nivel local como nacional, se encuentra que los artículos producto del trabajo (en especial en el medio rural) ya no se elabora para el comercio sino para la venta. Pero ya no solo se vende los productos producidos por el hombre, sino también se produce con el trabajo del individuo, lo cual es una característica típica del sistema capitalista. Ese fenómeno económico se ha vuelto tan abrumador que inclusive se observa en las comunidades indígenas, inclusive en las menos avanzadas de la zona andina.
Los ejemplos citados no son todos. Existen otros que permiten mostrar el crecimiento del sistema de producción capitalista, en especial entre los campesinos, artesanos, cooperativistas, etc., hecho que, sin embargo, es ignorado por políticos y técnicos, lo cual deja ver su estrechez de miras de nuestra realidad. Se da, pues, el caso que se desconoce o se atemoriza a los productores capitalistas y. aún más, se les recorta sus derechos democráticos y posibilidad de progresar.
Se dice al respecto que en Bolivia el atraso técnico impide o retrasa el desarrollo capitalista. Sin embargo, eso no es cierto ya que el sistema capitalista existe con técnica atrasada o con técnica muy avanzada, lo que permite decir para el caso boliviano, que el desarrollo del capitalismo se basa en el nivel del desarrollo de la forma de mercadería que adquiere el trabajo.
En efecto, el capitalismo en Bolivia está superando la etapa del capitalismo comercial para pasar al capitalismo industrial y aun formas superiores hasta llegar a una etapa en que aparece el obrero verdaderamente libre, que no tiene otra cosa que su fuerza de trabajo. La evolución del capitalismo en nuestro país tiene esa tendencia, aunque carece de la libertad necesaria para alcanzarlo a plenitud, debido a trabas constitucionales, legales de todo tipo que se oponen francamente a la marcha de la historia hacia delante y se adopta la actitud de la mujer de Lot.
Pero donde se observa ese crecimiento capitalista con mayor intensidad es en la disociación de los mecanismos de producción del propietario de ellos, lo que significa la ruina de una masa de los pequeños productores, especialmente campesinos, y su conversión en personas carentes de instrumentos de trabajo y que lo único que tienen para vender es su trabajo. Por otro lado, se produce una acumulación de riqueza, en particular por medio de la corrupción, el contrabando, el tráfico de drogas. Es de destacar que este estado de cosas formado por pequeños capitalistas es el germen de un sistema capitalista de mayor envergadura, aunque, por otro lado, ha dado origen a la ideología populista que en su contenido económico es causante de grandes retrocesos en la evolución económica del país.
Entre otros numerosos aspectos que aceleran el desarrollo capitalista se encuentra la desaparición del trueque de artículos de consumo y su sustitución por el intercambio en dinero, sistema que hasta pocos decenios atrás se circunscribía a las ciudades, pero ahora llega hasta las zonas más alejadas del país y a los sitios más increíbles, sistema que se ha difundido con intensidad desde que la economía boliviana empezó a disponer de gran cantidad de recursos monetarios con motivo de los grandes ingresos por el alza de los precios de las materias primas y la existencia de diversos “bonos”, resultado de la distribución de las ganancias del Estado. Esa incorporación a la economía capitalista sumaría alrededor de los dos mil millones de dólares y se produce como iniciativa del gobierno.
Otro de los factores que favorece al desarrollo del capitalismo y que tiene también origen oficial, es el desarrollo de los créditos bancarios, que son precisamente los mecanismos que fortalecen la formación de las relaciones capitalistas. Pero se debe destacar que los únicos favorecidos por esos créditos ampliamente difundidos son los pequeños empresarios que se benefician con “crédito barato” y no los trabajadores. No se puede dejar de mencionar los créditos de consumo que por lo común se aplican a bienes duraderos, como automóviles, herramientas, algunos aperos de labranza, sin hacer referencia a esta clase de grandes créditos en la agricultura capitalista avanzada de Santa Cruz.
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