Ginebra.- Estados Unidos y Rusia trabajan al unísono contra el grupo extremista Estado Islámico y la filial de Al Qaeda en Siria. Una rejuvenecida tregua obligará a retirarse a las fuerzas aéreas y terrestres del presidente sirio, Bashar Assad, y al país llegarán nuevos envíos de necesaria ayuda humanitaria.
Estos detalles se hicieron públicos en la madrugada del sábado, cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, culminaron otra maratónica reunión en Ginebra con la presentación de su último y ambicioso plan para poner fin a la devastadora y compleja guerra en Siria.
Los posibles avances del acuerdo, que incluye un cese de hostilidades en todo el país a partir del anochecer del lunes, dependerán de que lo cumplan las fuerzas de Assad, respaldadas por Moscú, y los rebeldes, apoyados por Washington, además de potencias regionales clave como Turquía, Irán y Arabia Saudí que, de un modo u otro, están implicadas directa o indirectamente en los cinco años y medio que dura ya el conflicto sirio. (AP)