La ciudad “maravilla” sin agua

No cabe duda que el agua es un elemento vital, incluso algunos sostienen que la vida se originó en el agua, y en nuestro planeta existe vida gracias a este elemento. De ahí que en la vida moderna no se puede imaginar la vida de los seres vivos sin agua.

En los tiempos actuales un territorio que tiene agua, resulta un territorio privilegiado, como es el nuestro que tiene gua en todos sus pisos ecológicos, pero debido a la ausencia de políticas públicas que administren su buen uso y conservación, estamos ahora padeciendo por la carencia de este elemento vital.

Noventa barrios de la sede de gobierno, hace ya más de 15 días que padecen, por restricciones al acceso al agua, ocasionando un grave cuadro de agresión a los derechos de los habitantes de la ciudad capital, con repercusiones en la salud pública, pues las restricciones afectan también a los centros de salud, donde su carencia puede desatar afecciones a la salud, y en las unidades educativas puede también afectar a la salud de los educandos, sin que las autoridades de los ministerios de Salud y de Educación hubiesen tomado ya medidas de prevención.

El reparto de agua a los barrios se hace cada 48 horas, y por breve tiempo, pero esa agua es de pésima calidad, pues además de estar contaminada de barro, su color es oscuro y contiene basuras, lo que puede afectar a la salud de los consumidores, en especial por afecciones gastro intestinales.

Las autoridades encargadas de la administración y distribución de la empresa pública de agua en la ciudad, anunciaron a la vez del racionamiento, que se debía al fenómeno de El Niño, que había ocasionado la ausencia de lluvias, argumento que en los últimos tiempos es usado para pretender justificar todo efecto de mala gestión pública.

Los hombres primitivos dependían absolutamente de la naturaleza, para poder subsistir, es decir que estaban en un “estado de naturaleza”, al decir de los filósofos ingleses Hobbes y Locke, pero resulta una incongruencia que en pleno Siglo XXI, las autoridades responsables de proveer de agua al pueblo, nos digan que dependemos de la lluvia.

La buena gestión administrativa tiene como uno de sus componentes a la previsión, es decir hacer una prospectiva de futuro próximo, más aún cuando se trata de un asunto tan necesario como el acceso al agua potable.

El actual régimen de gobierno entre las primeras medidas en el inicio de su ya larga gestión, intervino las empresas de agua de nuestra ciudad y de Cochabamba, que estaban en administración de empresas internacionales especializadas en este rubro, y entregó la administración de la empresa paceña a los dirigentes de los movimientos sociales de la ciudad de El Alto, afines al partido oficialista, cuyo resultado es la actual aflicción de la ciudadanía por la escasez de agua.

Hace ya un par de años, en estas mismas páginas del Decano de la prensa nacional, EL DIARIO, hicimos conocer en una nota de opinión periodística, que estudios realizados por una prestigiosa organización científica norteamericana, establecieron que de subir dos grados la temperatura del planeta (ya subió uno), la vida en el altiplano andino sería imposible por la carencia de agua, pues los nevados desaparecerían por el deshielo ocasionado por la elevación de la temperatura, así como desaparecerían los grandes espejos de agua, como el lago Titicaca. La desaparición del lago Poopó en Oruro es uno de los primeros síntomas.

Nos parece un gran desacierto que en nuestro país se destine millonarios recursos públicos a obras elefantiásicas en sus costos y de dudosa rentabilidad, como centros de energía atómica, redes de teleféricos, campos de fútbol, satélites, represas para hidroeléctricas, palacios presidenciales y vicepresidenciales, etc., en muchos casos afectando el medio ambiente, el ornato público, y atropellando normas vigentes, cuando carecemos del elemento agua en varias capitales y área rural, una muestra más del despilfarro, antes que la racionalidad del gasto e inversión.

El autor es abogado y Lic. en CC Políticas.