Fracasa Epsas por la política

Como todas las instituciones públicas descentralizadas, Epsas cayó en los mismos males que las caracterizan. Este balance no es otro que la corrupción, el abuso y la mala administración, en gran parte por efecto de su captura a manos de la política. Los resultados son siempre negativos y hasta criminales. Las consecuencias que ofrece esta empresa en La Paz son la falta de agua en 94 barrios, los racionamientos irregulares y la no potabilidad del líquido elemento, cuando a duras penas llega.

Epsas fue creada por el actual Gobierno el año 2006 mediante decreto supremo luego de expulsar a Aguas del Illimani, empresa francesa que se desenvolvía con regularidad. Fue el resultado de las presiones de los movimientos sociales de El Alto en conjunción con el MAS. Aun antes, bajo los mismos condimentos partidistas arrancó el Ministerio de Aguas, novedad que como se ve no contribuye a una mínima normalidad del servicio y tampoco tuvo capacidad para frenar el desquiciamiento de este organismo “social y público”.

En 2010 una auditoría independiente encontró al menos 20 irregularidades originadas desde el 2006. Si bien la Autoridad de Fiscalización y Control de Agua Potable (AAPS), organismo estatal burocrático al parecer creado para suplir las deficiencias ministeriales, había denunciado en 2013 el desastroso manejo de EPSAS, nadie acudió en auxilio de la población, en este caso, que es quien sufre las consecuencias.

Esa institución estableció concretamente que Epsas no había hecho inversiones de prevención, carecía de capacidad de reposición, acusaba problemas de contaminación al extremo de ser gran responsable de la contaminación del lago Titicaca, por falta de tratamiento de las aguas residuales de El Alto, etc. Sin duda, lo más grave es que sus ejecutivos y funcionarios son designados por el Sindicato de Epsas, derivando de ello la improvisación del personal gerencial y técnico y su incapacidad e irresponsabilidad demostradas. No obstante, el Gobierno ya en 2013 había designado a dos interventores en los más altos cargos, pero la decisión fue para peor.

La corrupción se incrementó, mientras las millonarias deudas al Estado y por alquiler de inmuebles crecían, conforme señala otra auditoría. Se registran funcionarios y obreros “fantasmas”, sueldos de hasta Bs. 32.000 mensuales (mofa del DS de que nadie puede ganar más que el presidente), dirigentes de Fejuve de El Alto con sueldo de Bs. 14.000, nepotismo, bonos de alimentación y transporte, trabajadores jubilados y recontratados, etc. De este modo, los interventores designados por la emergencia resultan ser una nueva intervención. ¿Cuántas más harán falta…?

Debido a todo ello, ahora se confronta la falta del líquido elemento por más de 10 días y crece el peligro de una epidemia de incalculables dimensiones en La Paz, a causa de la contaminación del líquido elemento y el deterioro de la higiene y salubridad públicas.