Gustavo Gonzales Castillo
La decisión de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en sentido de quitar 4 puntos a la selección boliviana de futbol por la mala habilitación de un jugador ante la FIFA (Nelson Cabrera, naturalizado), ha causado un terremoto en el mundo futbolero de Bolivia, que está totalmente decepcionado con la clase de dirigentes y estructura deportiva que tenemos.
La mayoría de los dirigentes de la Federación Boliviana de Futbol y de la Liga, hasta el presente, asumieron cargos solo con apetitos personales, sin cumplir requisitos de ética, moral, pasión, ni conocimientos sobre reglas del deporte (solo figurones). Recibieron salarios, viáticos, pasajes o comisiones, sin trabajar, conforme a su juramento y estatuto. Asistieron a congresos para que los delegados elijan a dirigentes digitados. Se disputaron cargos en la Confederación Sudamericana de Fútbol para obtener sueldos fabulosos y otros que quieren perpetuarse en cargos.
Asimismo, podemos observar otras fallas, como la falta de rendición de cuentas en detalle sobre los recursos económicos que otorgó el Presidente de Bolivia a la selección, conforme a la Ley N° 1.178, la existencia de dos instituciones en el mando superior del futbol profesional de la FBF y Liga tomando decisiones sobre el futbol (bicéfalos). Finalmente, defectuosa administración tributaria de sus ingresos, observado y sancionado por Impuestos Nacionales y con sumas millonarias.
Durante varias gestiones, se escuchó decir a los dirigentes de la Liga que quieren solucionar conformando comisiones de refundación, sin embargo, en los hechos, siguen refundiendo al fútbol y está demostrado que no funciona y no hay quien ponga el cascabel al gato.
En la actualidad, muchos dirigentes de la Federación Boliviana de Futbol y de la Liga, pecaron de ineptos e incapaces en el manejo del futbol boliviano, con declaraciones inoportunas sobre la selección de futbol, incumplimiento de deberes formales e ignorar las normas reglamentarias de la FIFA, por lo tanto, por ética, moral y respeto a la ciudadanía, no solo deberían renunciar, sino también devolver salarios, comisiones o viáticos recibidos.
Por otra parte, para lograr un cambio real y no solo de discurso, el Estado debería intervenir en forma inmediata en la reestructuración del fútbol boliviano a la cabeza del Ministerio de Deportes y en apego a la Constitución Política del Estado, artículos 104, 105 y otros. Además, conformar comisiones de trabajo multisectoriales hasta la elaboración de un nuevo esquema y estructura, debiéndose elaborar y aprobar una Ley para el fútbol, unificar a la FBF, Liga y ANF, bajo un nuevo estatuto orgánico, conforme al Código Civil, Art. 58 y siguientes. Además, los dirigentes que existen en los 12 clubes de la Liga, deberían apoyar la reforma estructural de una manera integral y decidida.
Con estos cambios, el Estado tendría que atender en forma directa en la formación integral de futbolistas en primera instancia, con la conformación de escuelas de fútbol en todas las regiones del país, con asistencia técnica, psicológica, alimentaria, infraestructura, vestuarios y materiales adecuados para la niñez, juventud y pre profesionales. Así tendríamos en el futuro, dirigentes comprometidos, estructuras organizativas claras, deportistas bien preparados, con orientación técnica profesional y con alto nivel de rendimiento, competitivos y jugadores para la exportación. El dejar hacer y dejar pasar de estos planteamientos deberán ser asumidos por el Estado y los dirigentes del fútbol, inclusive con indicios de responsabilidad ejecutiva, administrativa, civil o penal que estipula la Ley N° 1.178 y otras complementarias.
El autor es past presidente del Colegio de Auditores de Bolivia.
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