Manuel Isidoro Belzu nació en La Paz el 4 de abril de 1808, de familia muy pobre, hijo de un inmigrante árabe, y una mujer de apellido Humérez. La madre mantenía la familia con la venta de pajuelas en el atrio de la iglesia de San Francisco. Más adelante los enemigos políticos de Belzu, en términos ofensivos lo llamaban el “Pajualero”.
Los años de su juventud los pasó al lado de los padres franciscanos. Muy joven ingresó a la carrera militar, participando en las batallas de la Confederación, y en Ingavi, llegando por su audacia y temeridad a obtener el grado de coronel.
Muy compulsiva la República, el pueblo de la Paz el 17 de diciembre de 1847 en cabildo abierto lo nombró Jefe superior militar del Norte, con el grado de General de Brigada, recibiéndolo como militar triunfador el día 23.
Triunfador en la batalla de Yamparáez, ganada al Gral. Velasco, el Congreso reunido en la capital Sucre lo designó Presidente provisorio de la República.
Llamando a elecciones, resultando ganador, el Gral. Belzu fue consagrado como Presidente Constitucional de la República.
El Gral. Belzu, al margen de su origen mestizo, y su personal sufrimiento cuando fue recogido por los padres franciscanos, tuvo un auténtico deseo de mejorar las condiciones de vida de las clases populares, y en especial del indio, muy explotado en aquellas épocas. Ese afán muy reconocido dio lugar a que las clases menesterosas lo llamen: “Tata” Belzu.
En ese sentido Belzu, que amó a su pueblo, demostrando grandes percepciones psicológicas para entender al indígena, emitió una serie de disposiciones en beneficio de ellos. Belzu fue un adelantado a su época.
Sus discursos, en contra de las clases aristocráticas, como él las llamaba, y a favor de la clase indígena, alguna vez provocaron levantamientos urbanos, que luego eran tranquilizados con las monedas que el presidente distribuía.
El escritor Fernando Diez de Medina lo calificó como “precursor del socialismo”. En sus seis años de Gobierno tuvo que lidiar con más de 40 revoluciones, motines, y levantamientos militares.
En uno de sus últimos discursos ante el Congreso, manifestaba: “Revoluciones sucesivas, revoluciones en el sur, en el norte, revoluciones fomentadas por mis enemigos, encabezadas por mis amigos, combinadas en mi propia morada, surgidas a mi lado… ¡Dios Santo!.. Me condenaron a un estado perpetuo de combate”.
Su yerno, el Gral. Jorge Córdova, al mando del batallón Chorolque, fue el principal sostén del gobierno. Nombrado por elecciones el Gral. Córdova Presidente de la República, Belzu fue nombrado Ministro Extraordinario y Plenipotenciario ante las cortes y reinos de Europa.
Tras una visita a Europa, Turquía y Egipto, en el transcurso de nueve años, el Gral. Belzu volvió a Bolivia, reintegrándose a la lucha política, contra el entonces Gral. Mariano Melgarejo; triunfante ante éste, ya en la celebración de triunfo en el Palacio de gobierno, en la ciudad de La Paz, fue asesinado por partidarios de Melgarejo, un hecho oscuro aún sin aclaración, el 27de marzo de 1865.
“¡Belzu ha muerto!, ¿quién vive ahora?”.
El Gral. Manuel Isidoro Belzu murió a la edad de 57 años.
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