ESPECIALES
• Bolivia debe ser uno de los pocos países con esta cualidad
Recordar la prehistoria de los zapatos se remonta a un pasado muy lejano,
Después de siglos en que el hombre anduvo descalzo, la primera manifestación de superar un estado tan primitivo fue atarse a los tobillos un lazo para sostener el cuero que se utilizó de manera de cubrir los pies desnudos.
Transcurrió buen tiempo para ingresar a la artesanía, primitiva aún, pero fue un buen comienzo. Antes de ello, tuvo que aguzarse el ingenio para inicialmente inventarse las hormas, sin las cuales era imposible llegar a darle una forma anatómica al calzado.
Tal vez fue desapercibida la invención de algún creador para utilizar una horma de madera y sobre esa base producir el calzado. Inicialmente, se siguió con un prolongado proceso de aplicar la horma y con ella producir calzados artesanalmente.
La industrialización de los calzados se emplea sólo desde hace unos 50 años. Entretanto, el zapatero fue el artífice de la producción. En Bolivia, la artesanía del calzado sigue vigente, pues los procesos industriales son masivos, en tanto que el artesanal todavía dispone de un espacio para su producción.
Algo más, en la producción de calzados de lujo para damas interviene más la artesanía, pues sólo así puede haber tanta variedad de modelo.
En estos días, como se ilustra gráficamente en esta página, sigue teniendo amplio entorno la artesanía del calzado. En unos casos para producir piezas originales, pero en otros para la compostura, pues este es el recurso idóneo para corregir ciertas dificultades en el uso del calzado industrial.
Además, dada el atraso que aún tiene la economía boliviana, ocurre que se sigue recurriendo al zapatero para los arreglos que provoca el uso, así como poderle introducir modificaciones al armado del calzado industrial. Pues, la naturaleza no siempre es homogénea en hacer que los pies de todos sean iguales.
Como quiera que subsisten las diferencias, entonces es indispensable recurrir a la artesanía para modificar o reparar su formato para acondicionarlos los pies. Esto es lo que persiste entre nosotros y de ahí que hay todavía infinidad de zapaterías artesanales domésticas.
HERRAMIENTAS QUE EMPLEA EL ZAPATERO
El fleje sirve para cortar las piezas de cuero que formarán el zapato siguiendo los patrones respectivos al modelo y talla. En el caso del cuero para suelas, contrafuertes, topes o tacones, se emplean las cuchillas de acero.
El martillo de remendón conocido también como martillo para asentar. Se utiliza para fijar la piel sobre la horma de madera de forma provisional hasta que se cose al cerquillo.
Abridor de hendidos, es la herramienta cortante que sirve para excavar la suela para poder fijar la costura. Hoy ha sido sustituido por maquinaria eléctrica.
Escarificador o leznas se utiliza para practicar agujeros en la piel y para hacer bordados de adorno sobre la misma.
Tenazas de montar, se emplean para sujetar el corte y forro, y tensarlos para clavarlos o pegarlos a la planta, en el proceso de montado.
Hierros de lujar son para el brillantado de los cantos y la planta de la suela.
Estacas, bisagras y alisadores son empleados para alisar y narcar los cantos, uniones de cosido y hendidos.
Martillo fino y largo para clavar tacones y para asentar la suela en los lugares difíciles de acceder, como el frente del tacón.
Escofina. Empleada para perfilar los tacones de suela.
SERIE DE ELEMENTOS AUXILIARES
Trípode de acero con diferentes formas para el clavado o asentado del calzado, se le conoce vulgarmente como “burro”.
Manopla, que es un guante de cuero que deja los dedos libres y que se emplea para minorar el efecto der las callosidades producidas por este oficio.
Tirapie, correa de cuero que sujeta la horma al muslo del zapatero para realizar los diferentes trabajos.
Mandil, que suele ser de cuero cubriendo las zonas del pecho y piernas del zapatero.
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