Alasita de los sueños inundó La Paz

• Los “yatiris” de la plaza San Pedro fueron los más requeridos, inclusive se registraron filas interminables


El Ekeko llegó a La Paz con su tanque de agua.

Ni la torrencial lluvia, ni el clima frío, impidió que al mediodía de ayer, 24 de enero, cientos de personas acudieran hasta la Feria de la Alasita para comprar un terreno, diploma y otras miniaturas, con la esperanza de algún día concretizar sus sueño.

El Ministerio de Trabajo, a través de un comunicado tardío, otorgó tolerancia desde las 11.30 a las personas que quieran usar ese tiempo para acudir a la fiesta popular de la miniatura. El tiempo concedido deberá ser repuesto en la semana o pasar a cuenta de vacación.

De ese modo, la mayoría de los ciudadanos que tiene la costumbre de acudir a la feria de la Alasita, cada 24 de enero, fue partícipe de la fiesta de la ilusión y de la esperanza.

Las plazas principales estuvieron repletas, las calles cerradas, las puertas de las iglesias eran intransitables, el centro paceño olía a incienso. La gente estaba desesperada por adquirir, en miniatura, todo lo que sus sentimientos anhelaban.

Los artesanos pusieron a la venta infinidad de bienes en miniatura, como casas, tanques, tarjetas del teleférico, botellas de agua, además para consumir se pudo encontrar pasteles, salteñas a Bs 2, empanadas y hamburguesas diminutas, entre otros.

Se evidenció también que la gente buscaba con afán los títulos profesionales, canastas llenas de productos, las casas y edificios, y los infaltables billetes, tanto en bolivianos como en dólares; los euros lucían casi por su ausencia. Los vendedores dijeron que en años pasados no tuvieron mayor demanda.

SAHUMERIOS

Una vez adquirida las miniaturas, los creyentes de la tradición hicieron sahumar con los “yatiris”, quienes cobraban desde Bs 2, en cada caso.

Uno de los sitios más concurridos fue la plaza de San Pedro, en la zona del mismo nombre en la ciudad de La Paz, donde interminables filas de personas que querían hacer sahumar sus miniaturas tomaron las vías.

Salud, dinero, trabajo y bendición para los hijos fueron los pedidos más requeridos por la población, al momento de producirse la challa y el sahumerio de sus miniaturas. La característica principal que debe tener este rito es la fe en el Ekeko, en el apóstol Santiago y el sapo de la fortuna, explicó el yatiri Leonardo Quispe.

“Las personas deben aproximarse de corazón, con mucha fe y pedir con todo su sentimiento sus deseos y se cumplirán. Por eso, cada año tengo muchos clientes, por ejemplo hasta el momento ya he atendido a más de 100, y aun me siguen esperando”, señalo el Yatiri, al mediodía de ayer.

Explicó también que después de realizar el sahumerio, las personas deben aproximarse a la mesa, donde se encuentra el Ekeko, el apóstol Santiago y el sapo, para realizar su pedido, ya que ellos saben qué es lo que realmente desean.

Asímismo, Frank Villa, quien hacia sahumar sus miniaturas, junto con su pareja, dijo que realizan esta tradición cada año, pero en esta gestión tienen el deseo especial de contraer matrimonio, por lo cual compraron un casa, títulos de maestrías y trabajo.

TRADICIÓN

La Feria de Alasita es parte de una tradición para las familias bolivianas, por lo que asisten antes del medio, del 24 de enero, para realizar sus respectivas compras y a las 12.00 horas hacerlas bendecir, indicando que “se cumplan los deseos”.

La señora Marcia Conde, quien se encontraba en la feria de la plaza San Francisco, comprando una casa, víveres, pasaporte y billetes, comentó que desde hace más de 20 años asiste cada 24 de enero a la Feria de Alasita, porque siempre vio que todo lo que compraba, con mucha fe, se cumplía.

Por su parte, la vendedora Marta Marca informó que este año al igual que los anteriores, la venta estuvo favorecida, tanto para las vendedoras de masitas, del tradicional plato paceño y de las miniaturas.

 
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